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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los blogs y ciertas vanidades

De vez en cuando se convoca un concurso de blogs (cuadernos informáticos como éste), por el que alguna cadena periodística -u otras agrupaciones con ánimo de lucro- pretenden premiar a los mejores. 20.minutos organiza este año nuevamente uno de estos certámenes, en el que se han inscrito más de 4.000 blogueros, aportando sus creaciones al barullo general y a la mayor gloria del universo bloguero.

Alsocaire se ha inscrito, pero no ha realizado ninguna campaña de captación de votos, ni intercambio de favores con ningún otro escritor de cuadernos. El resultado, obviamente, es que, a estas alturas del período de votación (último día válido para votar), tiene cero votos, ocupando, por tanto, el último lugar -exaquo con otros miles de invotados-. Los potenciales votantes eran, en esta ocasión, los demás blogueros.

No se trata de analizar ahora quiénes han obtenido más votos, ni por qué. Cualquier concurso hace referencia a una injusticia, porque la votación implica siempre la confrontación de dos opiniones personales: la del que pretende ser mejor y la del que lo juzga. Pero, en el caso de los blogs, con más de 4.000 candidatos escribiendo con los más variados propósitos, desde las formaciones individuales más heterogéneas, pretender seleccionar a los mejores, implica, siempre una traición. Que los demás autores voten a sus competidores en un certamen, es un ejercicio malévolo, la invitación a una aberración abominable.

Porque un cuaderno informático, como cualquier diario personal. será siempre el mejor para el que lo escribe, irremplazable, único. Los premios, por lo tanto, ya están dados a priori. Qué tongo. Los premiados deberíamos ser todos, y, en especial, los que no obtuvimos ningún voto.

Así que, felicidades, blogueros sin seguidores entre los blogueros. Hemos ganado este concurso. Nuestra pureza está intacta, los que nos siguen no nos hacen competencia alguna. No corremos ningún peligro.

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