Sobre lo que hay detrás de cada cosa
Durante bastante tiempo se decía que "detrás de un gran hombre había una gran mujer". Ahora que las mujeres están ocupando bastantes puestos importantes, habrá que descubrir lo que hay de una gran mujer. Sospechamos que en pocos casos habrá un gran hombre; tal vez, uno pequeño (o varios).
Pero lo que nos trae el titular no guarda relación con las tensiones de género ni nos mueve ninguna frivolidad. Sin necesidad de acudir al efecto mariposa, existen interrelaciones aparentemente extrañas, causas y consecuencias que no son evidentes a primera vista.
El carné por puntos ha disminuído los accidentes de tráfico y, por tanto, se han reducido los muertos en carretera y, por ende, los trasplantes. Qué extraña relación. Detrás de una vida que se salva por la mayor seguridad viaria, hay de tres a siete personas que aumentan su riesgo de morir con órgano averiado.
¿Qué hay detrás de un descalabro inmobiliario?. Muy posiblemente, la ambición por el dinero, conseguida por beneficios desmedidos. Si la diferencia entre lo que me cuesta producir algo y el precio que obtengo por la venta es muy alto (y cada vez más alto), mis plusvalías son ficticias, son humo. El valor añadido de mi actuación en el mercado es una engañifla, estoy quitándoselo a otros para meterlo en mi faltriquera.
Aquellos ganaderos y agricultores familiares, por ejemplo, nunca iban a la quiebra. Ajustan su gasto cuando ven que empiezan a venir mal dadas, eliminan todo despilfarro, consumen sólo o casi lo que ellos mismos producen. Ahora, las grandes empresas lácteas, esas que han hecho algunas grandes fortunas, de pronto anuncian su supensión de pagos.
Ah, y nos parece una equivocación trasladar a la ciudadanía que hay menos trasplantes porque mueren menos jóvenes de accidente en carretera. El silogismo es falso. Hay que reducir, por todos los medios, las muertes en accidente. Y aumentar, por todos los medios, la posibilidad de que quien lo necesita, reciba el órgano correspondiente.
En España, por ejemplo, solo hay unas 5.000 personas que esperan un trasplante. Cada año se mueren unas 570.000 personas. Del orden de 17.000, por accidentes varios. Más de 3.000, se suicidan. Unos 1.500, por septicemias hospitalarias... Algo más se podrá hacer, suponemos.
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