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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los rituales laicos para las efemérides

Debemos reconocer que cuando nos propusimos escribir este comentario, pensábamos en centrarlos en los funerales laicos.

Más bien, en la improcedencia de que nuestra sociedad siga celebrando funerales religiosos (fundamentalmente, católicos) de personas que, en vida, han admitido o reconocido su agnosticismo.

Igualmente curioso -cuando no ridículo- resulta que el oficio religioso se desarrolle ante deudos, amigos o simpatizantes del difunto, en la que aquellos que sean agnósticos, se verán obligados a realizar una gimnasia ritual que está alejada de sus creencias o harán como que están en otro lugar mientras dure el espectáculo. Podrían no asistir, desde luego, pero la presencia en los funerales es un acto social muy importante.

La situación es propia de una comedia bufa cuando el oficiante, aprovechando la homilía, realiza un panegírico de la devoción del agnóstico difunto, y teoriza sobre las creencias religiosas de sus fieles ante un público en el que se encontrarán, como impávidos pasmarotes, unos cuantos simpatizantes del muerto que querrían manifestar con su presencia allí el afecto que le tenían, y no han encontrado otro acto social adecuado para este mensaje social.

Nos parece importante desarollar un ritual del funeral laico, que dure al menos entre media hora y tres cuartos de hora, y en que tengan lugar lecturas, comentarios, panegíricos o recuerdo de anécdotas del difunto y su entorno. En el que los deudos y amigos, de una forma suficientemente ordenada, coherente, afectiva, manifiesten sus simpatías por el que se ha ido y refuercen su fe... en el ser humano.

La necesidad de un ritual laico aparece también en las bodas civiles y está por descubrir en los bautizos o inscripciones civiles del nombre del recién nacido. Las bodas civiles consisten en una ceremonia desvaída, ante un funcionario que puede que tenga prisa y que, si quiere hacerlo bien, larga una homilía con consejos que poco vienen a cuento o desea a los novios felicidad y pide que se besen...todo ello antes de irse a una comilona o cena en la que se engullirán varios platos de comida entre virtuales desconocidos.

Hay que construir un libro de ritos laicos. Ya.

 

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