Sobre algunos blogs que no merece la pena leer
De cuando en vez se organizan concursos para clasificar la calidad de esos entes conceptualmente indefinibles que son los blogs. En muchos de ellos, por supuesto, es posible descubrir la intención de los que premian y de los autores que son premiados.Quieren ganar algo de dinero, vender un producto, conseguir prestigio profesional o consolidarlo. Si no han logrado el objetivo, después de recoger el galardón, no es raro que desaparezcan a los pocos meses.
Puede guiarse por esas listas, allá Vd. Pero, en realidad, hay algunos blogs muy recomendados, venerados incluso, seguidos -aparentemente- por millares, que no merecería la pena leer. No aportan nada, más que ruido, a la blogosfera.
No tenemos envidia de ninguno. Y por supuesto, no nos referimos al blog de Enrique Dans ni a Microsiervos, ni a Barrapunto, ni a Escolar.net. Ellos están en otra dimensión, juegan desde una perspectiva diferente: son profesionales de esta materia, han hecho del medio, su modus vivendi.
La categoría más identificable de este grupo de ni-nadas al que estamos enfocando en este comentario, es la de los blogs con claro objetivo político. Están escritos por los barones y hembras dirigentes de los diferentes partidos (o sus negros) y algunos de sus cualificados militantes (o que pretenden llegar a serlo). Se dedican a hacer la defensa de ideologías y actuaciones de partido, cayendo sistemáticamente en la albanza, frecuentemente imponderada y servil, de los líderes y mandamases del grupo propio, complementándola con la crítica acerva a todo lo que venga del contrario, y la descalificación frontal de cualquier propuesta de los opositores.
Si Vd. no tiene intención de alcanzar un puestecillo como cargo de confianza, con el que le premien a largo o corto plazo su devoción con esa prebenda, no merece la pena que siga esos blogs. Son aburridos y apestan a tendenciosidad, tanto en las entradas principales como en las notas apresuradas de los perritos falderos que atiborran el espacio de insulsos o manidos comentarios, con tonterías en las que se ve la esperanza de que o bien las lea el capitoste, o, tal vez, que no se las lea nadie.
Pero si quiere significarse, puede seguir el camino de esos miles de pelotilleros y devotos, o pasarse al frente de otros tantos miles de boicoteadores, parecidamente abyectos en sus intentos de llenar de insultos las bitácoras de sus opositores: escriba regularmente comentarios en los blogs de los personajes más conocidos y de los gacetilleros más virulentos. Hágales links desde su blog, pedalee en la manteca, y esfuércese con guiños y muestras de trasero, para atraer la atención hasta su espacio, donde se halla Vd. y su aduladora circunstancia.
Otra categoría sin interés, salvo para su círculo de amigos íntimos, que les ríen todas las gracias propias sin ser capaces de mirar fuera de su pastosidad, es la de quienes generan una maraña de insulsas alabanzas, comentarios frívolos, frenéticos enlaces entre sus blogs y los de sus amigos, con obsesión que parece más propiamente idónea para diario de parvulari@ que para ser ofrecidos a la curiosidad general que permite la red. Tampoco merece la pena leerlos, salvo que Vd. quiera creerse que pertenece a un grupo de bienventurados que están haciendo algo útil, simplemente porque han generado mucho ruido con sus cacerolas mediáticas.
¿Pero qué hace Vd. leyendo blogs como éste?. ¿Ha llegado aquí por azar, se lo ha recomendado alguien, qué buscaba? Sentimos decepcionarle, si espera otra recompensa que el eventual placer de leernos. No tenemos nada más que ofrecerle. No pertenecemos a ningún partido ni grupo empresarial, religioso, técnico o social. No somos profesores universitarios o funcionarios con mucho tiempo libre ni siquiera para preparar doctos comentarios traducidos del inglés, alemán o chino mandarín.
Hacemos pocos enlaces a otros blogs y siempre de forma asistémática y, cuando nos decepcionan, los borramos sin más de nuestras recomendaciones. No debemos ni queremos deber nada a nadie.
Decida libremente si merece la pena leernos, pero le agradecemos que siga haciéndolo. Aunque no nos conozcamos, hay un punto importante de unión entre Vd. y nosotros, entre todos los que utilizamos l@s blogs para expresarnos: la libertad para opinar desde lo que merece la pena, sin aspirar a cambiarlo por nada.
Que lo estemos haciendo por intermedio de un blog, con las palabras, es, simplemente, cuestión de oportunidad coyuntural, aprovechándonos del beneficioso avance de las telecomunicaciones en estos tiempos, para acogernos a una idea de valor universal: nos gustaría ser amigos de todos los que creen que el mundo actual puede y debe mejorarse.
2 comentarios
Anonimo -
Guillermo Díaz -
Me resulta dificil entender cómo cientos de personas corean las sandeces que escribe algun bloger, y cómo en sentido contrario hay algunos blogs donde aprecias unos magníficos contenidos, concienzudamente documentados y trabajados, y curiosamente, apenas nadie les pone algún comentario.
¿será que el trabajo riguroso no está de moda y lo que mola es la estupidez humana?