A la búsqueda de los océanos azules
En la presentación del libro sobre La Huella hídrica en España, que realizó un equipo dirigido por José Antonio Sotelo en la sede de la Fundación Mapfre (la entidad que financió el estudio), -el 11.02.2011- se recordó la invención de Rafael Llamas de poner colores al agua, según su estado de contaminación, usos y reutilización posibles.
Nos referiremos en otro Comentario a este interesante estudio y repasaremos, al paso, la hidrología colorimétrica, pero hoy vamos a cumplir con nuestra promesa anterior de glosar los océanos azules, zonas geo-económicas en las que José Luis Vallvé, unos días antes, y en otro foro, veía mayores posibilidades de desarrollo y generación de actividad.
Un océano azul, por contraposición a uno rojo, es un nicho de mercado que aún está desocupado, como resultado de una idea de gran recorrido que no ha sido puesta en práctica.
Vallvé se centró en uno especial, relacionado directamente con el impulso a la actividad de las empresas de Tecniberia, que él preside: "Vender el modelo infraestructural español a Africa".
Y, en relación con ello, "hacer de Madrid la capital mundial de la ingeniería" (matizó que no lo proponía por localismo matritense, porque lo importante no era la ubicación concreta, sino el concepto: aprovechar el éxito y la experiencia de las empresas de ingeniería y construcción españoles en el desarrollo del modelo infraestructural de nuestro país)
Lo justificó por activa y por pasiva, aunque, como enunció la idea al final de su charla, no precisó muchos detalles para hacerse perfectamente inteligible. "Hemos llegado tarde a Asia y, seguramente, demasiado pronto a América."
La construcción de un túnel bajo el estrecho de Gibraltar sería el activador de un impulso de desarrollo al continente africano del que la industria y tecnología españolas deberían ser los activadores
Sería un dinero muy bien empleado:"El túnel costaría de 40.000 a 50.000 millones de euros".
Para el mejor aprovechamiento de ese impulso, Vallvé se refirió también a los diferentes modelos de apoyo a la exportación, que distribuyó, simbólicamente, según nacionalidades: "El modelo francés se concentra en ayudar a las empresas públicas, el americano confía en las grandes empresas como elemento de activación a la exportación; los japoneses, prefieren ayudar a las empresas pequeñas... y los alemanes, a todas".
No necesitó concretar el brillante ingeniero en quién depositaba las preferencias de su modelo, pues ya había dicho antes, con humor, que el eje de crecimiento europeo no era el "franco-alemán", sino "el germano-alemán".
Antes de lanzarse a conquistar esas mares océanas, o simultáneamente, pero con premura, habría que poner orden en varias cuestiones internas, que sistematizó entre las que afectarían al país "como comunidad de vecinos, como sistema, o como empresa".
Siguiendo a José Luis Vallvé:
a) La cuota de gasto que implica nuestro Estado funcionarial es excesiva, y, además, ineficiente. Nos cuesta 100.000 millones de euros/año, lo que supone 30 a 40.000 Mill euros más de lo que nos correspondería por tamaño. Si dedicáramos un 5% de lo que nos ahorraríamos en diseño de Estado a la ingeniería, tendríamos 5 ó 6.000 millones de euros para mejorar la forma de hacer las cosas -el back office- , dinero excepcionalmente útil, desde luego, mucho más que el que empleemos en el front office (aunque no concretó a qué se refería, entendimos que englobaba las acciones dedicadas a la presentación publicitaria, es decir, a "la galería").
La mejora del control y de la eficiencia tiene posibilidades en muchos sectores. "El español es el único europeo que paga porque alguien recoja el papel que él mismo acaba de tirar" -enfatizó. Y, además, "hay mucho fool rider -que disfruta y no paga".
b) Para arreglar el sistema, habría que abandonar la obsesión de "medir por el dinero empleado, y centrarse en su eficacia. Decimos que hemos invertido 1 euro en educación y, en realidad, ignoramos cuánto de esa cantidad ha ido a parar a ese sector".
La organización territorial es ineficaz. Vallvé se concedió un segundo de autobombo: "Fuí el primero que lo dije. En las comunidades autonómicas uniprovinciales no existe diputación, y no pasa nada. Suprímanse, repartiendo las funciones entre otros órganos de la Administración"
c) España gasta el 40% de la energía en transporte, y no existe debate al respecto. El transporte que se realiza por ferrocarril es menos de la mitad que en la media europea. Subvencionamos, por el contrario, el transporte por carretera. Si un camión atravesara Europa, el único tramo en el que no tendría que pagar peaje, sería al circular por Castilla.
d) No deben abandonarse las políticas básicas en beneficio de liturgias y tabúes sin justificación. "El parón nuclear se produjo por un tabú litúrgico que propagó que esa forma de energía era peligrosa." Por el contrario, "el vector gas, ha producido miles de víctimas, pero no se habla de su peligrosidad." No será fácil el rescate de la objetividad, ni filosóficamente ni tampoco técnicamente:"Hoy, se está jubilando la generación que sabía de nuclear...", sin reemplazo.
Con gusto trasladaríamos, palabra a palabra, si nos fuera posible, toda la charla de José Luis Vallvé. No porque la tengamos como dogma absoluto -estaría, además, lejos de la pretensión del conferenciante-, sino porque es la demostración clara de que tenemos en nuestro país gente seria, capaz, con ideas, deseosa de participar activamente en un debate de presente y futuro.
Lamentablemente, no se está contando con ella.
Esa ausencia, siendo su perfil tan cualificado, incluso nos lleva a pensar que la razón de que no se apele a su consejo, es porque no interesa ningún debate, y, en caso de que se esté produciendo... se realiza bajo corsés y parámetros que anquilosan y reducen drásticamente el espacio para la inteligencia.
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Ma. Luisa -