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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre lo que hacen los vecinos

El mundo está conmovido porque un tipo ha mantenido secuestrada a su hija durante veinte años, encerrada en un sótano, y, mientras aparentaba tener una vida normal y simpática, la violaba y la hacia concebir un hijo tras otro. El monstruo-dios fue indulgente con algunos de sus descendientes, pues a la mitad de ellos los elevó a la categoría de nietos, diciendo que la pobre criatura a la que había encerrado en su búnker se los había puesto en el portal para que los cuidaran los abuelos. Su mujer, y sus vecinos a uvas.

Es increíble, pero es cierto. Es inverosímil, pero es real. Nadie se enteró de nada hasta que, por casualidad (de una forma aún confusa) se descubrió al raro y se destapó el pastel.

Los vecinos dicen que era buena persona; las compañeras del trabajo, lo adoraban; las agencias de viaje de la zona, lo tenían por muy buen cliente. Solo su cuñada, con aspecto de enajenada física, dice ahora que siempre sospechó de él, de Fritzl, el electricista austríaco que se aprovechó de que cuando la guerra fría había subvenciones para fabricar subterráneos con los que protegerse de los hipotéticos ataques de aquellos comunistas decadentes que decían tener armas nucleares a punto de gatillo.

Está mal visto vigilar a los vecinos. Lo correcto es únicamente saludarlos si se coincide en el ascensor; si el trayecto se prolonga, comentar algo sobre el tiempo atmosférico. Si hacen ruido a partir del oscurecer, llámese a la policía; es más eficaz que solicitar directamente a los vecinos que sean más moderados o felicitarles si festejan su cumpleaños.

Hay opciones incluso crueles. Si se tiene dinero y ganas de avasallar derechos de otros, demándeseles, amplíese el piso propio aprovechándose del bajo cubierta comunitario, instálese un puti-club en el tercero o un subterráneo de acceso exclusivo. Aunque los vecinos pleiteen, la ley le protegerá alargando el pleito durante años, tal vez décadas.

Ah, y si la escalera huele mal durante meses, posiblemente el vecino se haya muerto en soledad y se esté pudriendo en sus miserias. Póngase en contacto con el presidente de la Comunidad, abran el piso con la llave maestra y dispónganse a hacer declaraciones a la prensa.

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