Sobre la necesidad de cuotas masculinas
Alarmas desplegadas. La inmensa mayoría de los opositores que obtienen plaza en la judicatura, en las convocatorias para proveer vacantes funcionariales, los primeros números de las carreras de ingeniería, son mujeres. Ha caído el mito, mantenido como engaño durante siglos, de que los hombres estaban mejor dotados para competir, que su cerebro estaba mejor organizado para lo abstracto, que se concentraban mejor.
Qué mal momento. En algunos países, se está favoreciendo la entrada forzosa de mujeres en consejos de administración, gobiernos de Estado, puestos de responsabilidad -al menos, intermedios-, porque con esas cuotas femeninas, se quiere compensar un desequilibrio histórico, una injusticia.
Pero, qué error, qué inmenso error. Si alguien no lo remedia, visto lo que está sucediendo por la facilidad con que las mujeres consiguen, en igualdad de condiciones, los puestos que se deciden por oposición libre, dentro de poco, ellas coparán todos los ámbitos de responsabilidad, decisión y control.
Cuotas masculinas, ya.
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