Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la exaltación del buen humor

Benditos sean los que sonríen, porque ellos nos alegran la vida. Benditos sean los que nos ceden el paso a los peatones en los pasos cebra, porque ellos nos evitarán sobresaltos y, en los peores casos, también se evitarán dificultades a sí mismos si nos arrollan.

Benditos los que ceden en su derecho para afirmar nuestra expectativa, y los que reconocen que nuestro derecho, porque, al evitarnos conflictos, mejorarán el bienestar de las dos partes.

Benditos sean los que alaban las virtudes del contrario en cualquier contienda, política o no, porque su eventual victoria los hará aún más grandes a nuestros ojos.

Benditos sean los que reconocen sus dificultades, nos confiesan que tienen miedo, buscan apoyo en nosotros, porque ellos contribuirán a que nos sintamos más felices, ayudándoles.

Benditos sean los que nos cuentan chistes y anécdotas graciosas, que nos hagan reir de ellos o de nosotros mismos, sin ridiculizar a terceros, porque así habrán demostrado que nos consideran inteligentes, y nos confirmarán su propia inteligencia.

Benditos sean, en fin, los que nos llaman a primera hora de la mañana para que les alegremos su día, porque nos alegrarán también el nuestro; y benditos sean los que se acuerdan de nosotros a última hora de la jornada, para despedirse y decirnos que nos quieren, porque, aunque no podremos jamás pagarles su aprecio por nosotros, sabrán reconocer que nuestro cariño hacia ellos tampoco tiene precio.

 

0 comentarios