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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la importancia del manejo de la elipsis

La Real Academia Española no concede el privilegio de ser elipsis a aquellas omisiones de palabras que hacen perder su sentido  a la frase o la adulteran tanto que dificultan su comprensión. Pero la realidad es que nos movemos en el terreno de las elipsis. Cualquier entrevistado sobre temas controvertidos o delicados sabe de la necesidad de ser elíptico, de contestar sin dar información relevante o decir únicamente lo que se desea, en controlada ambigüedad.

Los políticos, empresarios y hasta los personajes de la fanfarria mediática ejercen su dominio de la elipsis continuamente. No siempre con éxito a largo plazo, pues, como le gusta decir al Sr. Zapatero, al menos paa su sector de trabajo actual: "En política la verdad se acaba sabiendo siempre".

No es lo mismo, por ejemplo, que el esposo que lleva varios días sin conocer el paradero de su cónyuge, cuando se le pregunta por ella a las diez de la mañana conteste: "Creo que debe estar comprando el pan o los periódicos", que reconozca de plano que lo que teme es que le están ponienda la cornamenta. Por supuesto que no es igual que se diga que " a partir del 9 de marzo me retiraré de la política" o se introduzca el complemento "municipal" o "reconsideraré la oportunidad de".

Pero es que, además, incluso las frases más explícitas pueden tener varios sentidos, por lo que cabría atribuirles algún contagio de esa figura multipresente, que es la elipsis. Cuando un experto mundial en economía y premio nobel, como el Dr. Stieglitz, asesor no remunerado (¿en dinero pero tal vez en especies? -valga como ejemplo de lo que glosamos) del Presidente del gobierno español indica con su gran conocimiento del tema, que "las rebajas de impuestos recortan el gasto público", él o los periodistas que hacen la reseña están ejerciendo de elípticos.

El que esté libre de haber sido elíptico, que arroje la primera piedra. Para los políticos profesionales, es parte del trabajo. El proto-presidente del Gobierno, D.Mariano Rajoy (al menos, por opción), se comprometió a rebajar hasta el 20% el tipo general del impuesto sobre sociedades. Puso varias condiciones: que las empresas se comprometan a crear más empleo estable, que fomenten las medidas de igualdad y que inviertan más en formación; la falta de precisión de los condicionantes convierte en ejemplo de elipsis el propósito electoralista. Seguirán otros, desde una u otra tendencia.

Si no hay mentiras, las elipsis decidirán el voto del once eme, suponemos.

 

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