Sobre la sociedad emprendedora, sus claves y sus hándicaps (y 2)
(Este comentario es continuación del anterior, que lleva el mismo título).
Bill Drayton apoya lo sustancial de su mensaje en la necesidad de formar en ese espíritu de cambio a los jóvenes, incluso desde los inicios de la adolescencia.
"Quien ha tenido una experiencia emprendedora en la adolescencia es muy probable que mantenga esa inclinación en el futuro", ya advirtió María Zapata, y repetiría "el maestro". Hay que cambiar, en consecuencia, el sistema educativo, porque es muy importante lo que traslademos a los chicos de quince años. "Our world is over", y no hay repetición: hay que enseñarles a crear.
Es en las iniciativas educativas que Drayton y sus colaboradores y simpatizantes vienen llevando a cabo como aplicación del concepto de "emprendedor social", en donde se cuentan los logros más fascinantes de su teoría, que el sociólogo tiene cuidado en desvincular de "cualquier religión, ideología, grupo de poder, o país".
Los jóvenes tienen que ser educados como "change-makers", estimulados para encontrar soluciones por sí mismos, que no les vengan impuestas. "No hay mucho tiempo para ese cambio, que debe ser provocado en 10 o 15 años" y, como fórmula magistral complementaria: "Todo puede ser mejorado, sin necesidad de cambiarlo totalmente", es solo cuestión de que cada uno se plantee, en su concreto entorno, qué puede hacer para mejorar lo que sabe.
Garrigues ayudó a que Drayton concretara el mensaje, con una observación de gran alcance: "Hay que modernizar la solidaridad", y citó a Mohamed Yunus -del que anunció su próximo paso por Valladolid, en noviembre de 2011-, en el entendimiento de que "los microcréditos son la combinación de emprendedores sociales y normales", con la constatación adicional de que "los pobres están más interesados en devolver el dinero que se les presta que los ricos".
Drayton encontró en ese momento su punto más brillante, en nuestra opinión: "Los emprendedores no deben tener una idea fija, porque su entorno es cambiante. Hay que saber construir en cada compañía la capacidad de cambiar. No se puede continuar operando con estructuras humanas que no sean capaces de cambiar continuamente."
Por eso, "part of the problem is the youth culture; we are biological organized to succed from the youth". Y como el sistema está "badly designed", tenemos que construir ese "new world" en el que la ética sea recompensada, y ese mensaje debe ser difundido por cada institución, por cada individuo. Haciendo de la pregunta de Garrigues, respuesta, "hay que educar a los jóvenes para no ser corruptos".
Hubo más ideas en la tertulia, aunque no preguntas desde el público. Fue muy interesante, y simpático, el soliloquio final con el que Antonio Garrigues Walker cerró el acto, liberado para expresarse en un español brillante, con chascarrillo incluído (se lo habíamos escuchado otras veces), que terminó con un mensaje de defensa de nuestra capacidad como españoles: "Estamos mal, pero mejor que Italia, Grecia o Portugal. Nos parecemos más a Francia. (...) Somos el país que ha tenido más cambios en los últimos 30 años y estamos en disposición de asumir las ideas maravillosas que nos has expuesto".
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