Sobre la relación entre el Club de la Comedia y Telefónica
Nunca hemos visto publicado este anuncio, pero estamos seguros de que la petición circula con insistencia, emanada desde prácticamente todos los centros de poder: "Necesitamos encontrar optimistas; hay que difundir mensajes de ánimo, positivos, constructivos".
¿Por qué habrá que difundir optimismo? ¿Para quitar la razón a esos grupos de indignados que protestan contra los políticos, el Gobierno, la Banca, los empresarios y, en general, contra todo lo que se mueva con tufillo a autoridad? ¿Para detener, como sea, cualquier vía por la que se cuela la creciente alarma social, entusiasmada con proclamar la incoherencia del modelo y la ineptitud o la avaricia de los que lo controlan?
No lo sabemos. Lo que sí estamos seguros es de que el día 8 de julio de 2011 la Fundación Telefónica, en su II Thinking Party, pretendió difundir optimismo y, para ello, reunió a un grupo de conferenciantes que rebosaban satisfacción y que tuvieron aún más de la misma, entregándola al público, en dosis de veinte minutos de plática tan divertida como edulcorada.
El espíritu de la convocatoria estuvo muy bien asumido por todos los intervinientes, (al menos los que lo hicieron hasta las 12h30, en que tuvimos que ausentarnos), si bien desearíamos destacar a Pau Garcia-Milà Pujol, creador de EyeOs, un sistema operativo que "se convertiría en el fenómeno del cloud computing", según reza la carátula de su libro "Está todo por hacer", una obrita al estilo de "El monje que vendió su Ferrari" o "Quién se ha comido mi queso", que va ya por la cuarta -¿o es la séptima?- edición, prologado y epilogado por los dos Felipes más importantes del momento y con el que fuimos agraciados en el sorteo de final de la sesión.
El joven Garcia-Milà (ponemos atención a los acentos) representa, en verdad, la conciencia de nuestra sociedad, y con sus dotes de comediante aprendidas en la escuela de Andreu Buenafuente, las traslada, con éxito, a cualquier audiencia, entregada al aplauso emocionado desde el mismo momento en que conoce que la empresa de este chaval que acaba de cumplir los 24 y que "fue expulsado de la carrera de Ingeniería en Informática" (?) emplea a más de 40 personas, factura más de dos millones de euros al año y está a la vanguardia de no se sabe muy bien qué descubrimientos que revolucionaron a Google y, por tanto, el mundo.
La Universidad española debería reflexionar seriamente sobre lo que está pasando.
Si, con absoluta capacidad de convicción, notable desparpajo y el apoyo de varias de las cabezas visibles del país -algunas han expresado incluso porqué-, jóvenes como Pau Garcia-Milà pueden en 20 minutos (o en cien páginas con letra grandecita) demostrar que es un mérito sustancial de tu currículum que te expulsen de la enseñanza oficial y que en el mundo en el que nos están obligando a movernos, "está todo por hacer", lo mejor que harían la mayor parte de los porsímismos considerados muy doctos y por suspropiasinstituciones muy laureados culosentados que pretenden detentar la sapiencia oficial del país, sería apagar las luces e irse; hacer hueco, vamos.
¿O se atreven a poder demostrar, ante las mismas audiencias, lo contrario -o, al menos, que saben cómo terminar una parte de lo que falta, y que están ya haciéndolo en beneficio de las mayorías-?
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P.S. 1.- Los dos Felipes a quienes nos referimos son S.A.R. Felipe de Borbón y el Excmo Sr. D. Felipe González, ex-Presidente de Gobierno.
P.S.2.- Nos gusta el botijo que decoró Karla Frechilla, símbolo del evento, y que se atrevió, además, a pintar un cristal con sus acrílicos luminosos, a la vista de todo el mundo, mientras se desarrollaban las sesiones.
P.S.3.- Por cierto, uno de los ponentes de la tarde, en línea con la mayoría de los ponentes y con el título de este Comentario, fue el humorista Leo Harlem (Leonardo González Féliz), fijo del Club de la Comedia original, el de las risas como objetivo confesado.
2 comentarios
Administrador -
Antonio Fumero -
Independientemente (o no) de la repugnancia que me produce el optimismo oficialmente instituido, me resulta aun más repulsiva la tendencia, también oficializada, de mezclar contenido y continente, 'Talk Show Business' y Conocimiento, bajo unos conceptos equivocados de hibridismo y diversidad.
Mientras tengamos a las generaciones que realmente pueden cambiar el statu quo "pensando" que "todo está por hacer" y que la maquinaria que los han creado debe desaparecer, será mucho más sencillo mantener el orden establecido de las cosas; y mientras haya presupuesto de comunicación seguiremos "pensando en la fiesta".
Desde el ostracismo autoinflingido de mi incómoda situación de 'Bon Vivant' solo puedo sentenciar, parafraseando a un estimado colega: "Fuerza & Honor".
Siempre Adelante!