Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre lo que hay detrás de Democracia real, ya

Sobre lo que hay detrás de Democracia real, ya

Varios miles de personas, en su inmensa mayoría jóvenes estudiantes universitarios, han ocupado la Plaza del Sol de Madrid el 15 de mayo de 2011, atendiendo a una movilización cuyo lema es "Democracia real, ya".

El ejemplo ha cundido y la difusión de la invitación a manifestarse, ocupando las plazas centrales y otros lugares públicos se ha extendido a más de setenta poblaciones españolas.

Se trata, según la web oficial de la convocatoria, de una manifestación "apolítica y asindical", con lo que se desea expresar, sin duda, que ninguno de los partidos mayoritarios se encuentra detrás de esta movida.

Además de llamar la atención, de esta forma aparatosa, sobre la situación de la juventud española, afectada por el paro, la desorientación y el contagio del desánimo de sus mayores, es necesario preguntarse quién rentabilizará esta movilización, y, naturalmente, qué pueden conseguir o qué han conseguido los manifestantes.

Porque el deseo general es abandonar la concentración el domingo, 22, en que se celebrarán las elecciones muncipales y autonómicas en España. ¿Qué quedará de esta exhibición de fortaleza social una vez que se dispersen estos jóvenes?  

Desconcertados por una reacción cuya importancia no esperaban, la campaña electoral de los políticos oficiales ha quedado dañada. Luego, en efecto -no cabría interpretarlo de otro modo- estos manifestantes están haciendo política, están interviniendo en la vida de la ciudad, al criticar, de esta forma tan visible la situación y las propuestas para corregirla de los programas de los partidos.

Es también deducible que, aunque asindicales, también están haciendo crítica a los sindicatos. Siendo los manifestantes, en su mayoría, recién licenciados y estudiantes de los últimos cursos de sus licenciaturas, expresan que carecen de perspectivas laborales y que las actuales organizaciones sindicales no les representan.

Habrá quien rescate paralelismos de esta manifestación con mayo del 68 o, con otra movilización más reciente, en la que también se ha querido dar el protagonismo de su difusión a internet: la de los países árabes.

Señalamos las profundas diferencias de ambas con lo que se deduce de "Democracia real, ya".

Los jóvenes universitarios de mayo del 68 se encontraban imbuídos de ideología marxista-leninista, se sentían y eran vistos como gentes de izquierdas; sus líderes militaban en los partidos comunistas, criticaban de forma encendida la sociedad de consumo, abominaban del capitalismo y pedían un cambio de régimen.

Eran, pues, revolucionarios. Pero tanta fuerza se les fue fundamentalmente por la boca -y algún intercambio de golpes con la policía-, pues en su movilización más agresiva, y más seria, en Francia, todo se saldó con unas cataplasmas: elecciones generales. Fue la demostración de que el Partido Comunista no se sentía preparado para gobernar, y que su capacidad se limitaba a proporcionar munición ideológica a los descontentos.

Por cierto, lo que queda en la actualidad de los recursos ideológicos de aquellos jóvenes, fervientes adoradores de Mao y su socialismo igualizante socialización, y que imbuyeron de sentido formal al despliegue de fuerza, es bien conocida, y nos exime, por tanto, de realizar ningún comentario: la historia pone en su sitio a los que sobreviven. Lo que queda, es la social-democracia europea, la complacencia hipócrita por lo bien hecho.

Tampoco es posible encontrar muchos paralelismos con las movilizaciones de la juventud de esos países árabes en las que se pidió, o pide aún, la dimisión de unos ancianos autócratas que consolidaron un poder descomunal para sí y para sus seguidores, enriqueciéndose con los recursos del país que controlaban.

Faltos esos países de Constitución democrática, de tradición de participación política, de educación para ejercer eficazmente la gestión administrativa, son demasiados los riesgos de que los deseos de cambio de los manifestantes árabes reproduzcan situaciones similares a las de origen. Ojalá no, desde luego, pero no parece posible un cambio brusco hacia una democracia participativa.

Entonces, en España, ¿qué?. Democracia real, ¿cómo?.

Después de reconocer que nos sentimos inclinados a ver con simpatía estos movimientos de llamada de atención, de más que justificada protesta, y que el lector que siga este Cuaderno, encontrará coherentes con lo que venimos expresando, debemos indicar que no le vemos futuro al movimiento.

Los cabezas de los partidos "a la izquierda", que se someten a las elecciones oficiales, han confesado, ladinamente, que hay que escuchar a los que se manifiestan, y que entienden que sus reivindicaciones tienen parte de razón, pero que el cauce es la participación democrática.

Los que se alinean con lo que se ha dado en llamar posiciones "a la derechas", salvo excepciones, han decidido identificar la protesta con agrupaciones de la izquierda irredenta, asignándoles casi el valor de manifestaciones de ácratas y terroristas.

Nuestra modesta opinión es que se trata de un movimiento ideológico que, por sus efectos, beneficia a la derecha, esto es, al mantenimiento del sistema, a la consolidación de la situación previsible. Porque, a partir de las elecciones del 22 de mayo, el Partido Popular, sin sorpresas, hará efectiva su ventaja en las encuestas. 

Pasado el calor, esta movilización languidecerá, y muy rápidamente. Las aguas volverán a su cauce.Las vacaciones de verano provocarán una diáspora de estos jóvenes y, después de unas semanas de festejar el éxito de la convocatoria, las webs que sustentaron este exabrupto sentimental, perderán fuelle, hasta extinguir su fuego.

Sic transit gloria mundi. Una lástima.

(La magnífica foto con la que ilustro este comentario se la tomé prestada a Luz Naredo, que la incorporó a su perfil de Facebook. Corresponde a la acampada de los de Democracia ya en la Plaza de la Escandalera, en Oviedo.)

2 comentarios

Administrador -

Pilar,
Me alegra que estés en desacuerdo con la parte pesimista del artículo, porque es, justamente, la predicción en la que me gustaría fallar.
Tengo confianza en la juventud -no en toda, no de forma irracional ni romántica-, sino en aquellos que sean capaces de poner su dedicación, su inteligencia, su oportunidad de liderazgo, a favor del progreso de la Humanidad.
Hace ya tiempo que desconfío de los movimientos espontáneos y de las actuaciones que dicen no tener más objetivo que cambiar las cosas. Si queremos cambiar algo, tenemos que saber antes de actuar lo que deseamos poner en su lugar, porque en la revuelta no hay tiempo para improvisar.

PILAR NÚÑEZ -

Angel,
A pesar de compartir contigo la práctica totalidad de tu exposición, no quiero estar de acuerdo en la visión pesimista de que en un futuro inmediato este movimiento será inútil.
Creo que aunque desaparezca, ojalá sirva para empezar a desterrar el concepto de generación ni-ni a la que, desde hace tiempo, se critica constantemente .