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Al Socaire de El blog de Angel Arias

A la inmensa mayoría, desde la exigüa minoría

"A la inmensa mayoría" es el título de un sobrecogedor poema, con base que pudiéramos calificar de programática, de ese artista de la palabra llena de mensajes, que fue Blas de Otero, y que está recogido en su poemario "Pido la paz y la palabra" (1955).

Estamos en tiempos de alardear de contar con apoyos de la inmensa mayoría. Políticos, responsables de entidades financieras, organizadores de eventos, pertenecientes a claustros, asociaciones deportivas o patios de vecindad, se creen con el control de las inmensas mayorías de lo que pretenden representar o defender.

Nosotros somos conscientes de pertenecer a la exigüa minoría de los que cumplen las condiciones siguientes:

1. Estar convencidos de que España está atravesando por un período oscuro de su Historia, en el que la mediocridad, la improvisación la apatía y el desánimo, se ha asentado en los principales centros de decisión.

2. Haber advertido que quienes tienen opiniones más fundadas en la mayoría de los temas no encuentran los foros adecuados para expresarlas, no cuentan con la difusión que sería imprescindible y, en no pocos casos, han renunciado a comunicarlas al exterior, conscientes de que solo obtendrán descalificaciones frontales, tendentes a ridiculizarlas.

3. Ser conscientes de que la base cultural de la población se ha hecho más amplia, pero mucho más frágil: son muchos más, desde luego, los que tienen títulos y diplomas, pero no son más los que saben en profundidad de algo concreto y gozan de una formación sólida. En consecuencia, nos encontramos con un país que se cree culto y educado, cuando en realidad es frívolo y torpe, especialmente en comparación con los países más avanzados.

4. Haber detectado que la Constitución y las leyes electorales han convertido la llamada esfera política en un sistema reproductor de alternancias que alimentan la falta de programas coherentes, abocando a la representación parlamentaria a un bipartidismo ineficaz. Las regiones que han conseguido a tiempo poner en pie partidos localistas (por haber reclutado líderes populares) han obtenido un peso desproporcionado, y desestabilizador, sobre los intereses de la mayoría. 

5. Defender la calificación de que resulta un despropósito pretender para España, país intermedio, el liderazgo en temas económicos, sociales, asistenciales o de política internacional. El resultado será (es) únicamente una pérdida de credibilidad, de solvencia económica y de esfuerzos, dispersos en propuestas que no redundan en beneficio de la ciudadanía española, y se pierden en un contexto internacional en el que no se ha configurado por las grandes potencias una voluntad de avance conjunta.

6. (seguirá, tal vez; pero, entretanto, si le apetece, el lector puede prolongar la relación de agravios de la exigüa minoría...)

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