Sobre lo que enseña Rosa Díez
El Magazine de El Mundo (10 octubre de 2010) publica en portada una fotografía, obviamente retocada con alguno de esos programas de fotolíftin que quitan arrugas y ojeras- en la que la lider de UPYD, el partido que aspira a ser charnela en las próximas elecciones generales, enseña palmito.
Para que no haya dudas respecto al objetivo de la muestra, un espejo recoge la visión trasera de la política, que luce una minifalda sesgada y que, al haber sido tomada la fotografía de abajo arriba, permite que el ojo del observador se aventure hasta casi el punto en el que el muslo pierde su nombre.
La toma gráfica, que recuerda aquella otra de las ministras del gobierno de Rodríguez Zapatero luciendo su corpórea femineidad sobre un sofá, y que se publicó en Vogue, tiene, por lo leído, un objetivo parecido: demostrar que los hombres -los varones como las mujeres- primero miramos el cuerpo de la hembra humana, y luego, pasamos a escuchar lo que tenga que decir.
Hemos leído la entrevista que justificaría el esfuerzo exhibicionista, y, sinceramente, nos encontramos en el grupo de "quienes no entiendan este reportaje, (...) pero es que precisamente ése es el tipo de personas que menos me interesa".
Rosa Díez luce creaciones de Ion Fiz, según se cuenta, de la "actual colección de otoño", con lo que la mirada política (habrá que corregir lo de admirada, salvo entre los más incondicionales) está haciendo la competencia a las chicas de la pasarela.
La entrevista pertenece al subgénero al uso en el que el entrevistador (Gervasio Pérez, para el caso) expone más ideas que el entrevistado, por lo que es difícil seguir si lo expresado corresponde a lo que piensa Díez o Pérez.
Se intuye con esfuerzo que la presidenta de UPyD está en contra de subvencionar la moda sin tón ni son, y que hay que vigilar los resultados. También se puede inferir con agudeza perceptiva que nuestro sistema educativo es un carajal y que no se respeta al profesorado y que sigue pensando en que hay que cambiar la Ley Electoral porque hay millones de españoles que pasan de la política.
Un error lo comete el más pintado, pero el asesor de imagen de Rosa Díez debería andar más al quite de lo que luce, en indumentaria y en ideas, una de las políticas más observadas, y valoradas, dentro del panorama de secano en el que se bandea el guirigay de la cosa pública española.
Porque si es cierto -como ella apunta y corroboramos- que los hombres, y particularmente, los políticos con poder, utilizan la cooptación con las mujeres, no entendemos a qué ha venido que haga el caldo gordo a ese machismo enseñando pierna a quien no se la va a tapar. Unas páginas más allá, el mismo Magazine presenta la moda de lencería, y aunque por un tris, Rosa no llega a lucir ese muestrario, todo parece indicar que podría hacerlo por la Patria.
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