Sobre la sutil diferencia entre ahorro y estalvi
Parece ser -lo recordó Josep María Bricall, dentro del homenaje con motivo del centenario de su nacimiento, que prepararon al alimón el Grup Set y Caixaforum, en Madrid, el 4 de octubre de 2010- que el insigne polígrafo Jaume Vicens-Vives enseñaba a sus alumnos de la Universidad de Barcelona la diferencia entre ahorro y estalvi (1).
Si hemos entendido bien, ahorro sería la acumulación de dinero sobrante, después de cubiertas las necesidades propias, sin intención de retornarlo al flujo productivo, en tanto que los estalvis serían los ahorros puestos en circulación, para que produzcan nuevas riquezas y desarrollo.
O sea, el uno es el dinero guardado en el calcetín y el otro el puesto en manos de las entidades financieras.
Lamentablemente, no hemos encontrado en los diccionarios de la lengua catalana ni en el uso práctico de la palabra estalvi el reflejo de esta sutil distinción, que tanto explicaría acerca de las diferencias -en lo económico- entre catalanes y el resto de los españoles.
La Caixa, que es una Caja de Estalvis, marcaría así su distinción entre las demás de la misma especie aparente, que serían solamente Cajas de ahorros, y quedaría explicada la razón por la que muchas de las segundas -incluida, ay, Cajamadrid- luchan por no ahogarse entre los lodos económico-financieros, en tanto que La Caixa resplandece, tan campante, lustrosa entre las guapas.
(Por cierto, el vocable guapo, empleado como adjetivo, aplicado a cosas y seres animados e inanimados, es bable, como los asturianos andamos orgullosos explicando por el mundo. Guapo, para la RAE y otros eruditos, viene de vappa, que era latín, y se utilizaba para designar a vagabundos, hombres viles y al vino malo, y se usa solo en relación con las personas.
Anna Vicens-Vives, que también estaba en la celebración, dijo que su padre, entre otras virtudes, era guapo. Rióse el público presente -menos de un tercio de entrada-. También escribía y hablaba guapo, Ana; con una, o con dos enes. Qué más dará, si la dicha es buena.
En los libros de texto en donde estudiaban los chavales de 1960, cuando murió su padre -como lo prueba esta emotiva necrológica-, Jaume Vicens-Vives era todavía Jaime Vicens-Vices. Un español que no concebía a Cataluña más que como parte de una nacionalidad superior, llamada España... no, dese luego, Castilla.)
1) La distinción es desconocida para el citadà català normal, de a peu: es poden estalviar tantes coses: paraules, aigua, energía i esforços, ...
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