Sobre la x a favor de la Iglesia católica en la declaración de la renta
La Iglesia (la Iglesia es sinónimo de Iglesia católica, que así hay que sobreentenderlo en la "católica España", desde los Reyes Católicos hasta 1978, pasando por algunos cortos períodos oficialmente aconfesionales, a pesar de la pluralidad de cultos a dioses incompatibles que han aflorado aquí con la libertad religiosa ) está dedicando unos buenos dineros a insertar unas cuantas hojas de Publicidad en los períodicos de más difusión. También en la web www.portantos.es se está defendiendo el mensaje a favor de marcar con una x la casilla "a favor de la iglesia católica" en la declaración del impuesto sobre la renta del país.
Desde el punto de vista empresarial, dedicarse algunos millones a la publicidad, merece claramente la pena. En la Campaña de 2008 se captaron 474.832 nuevos contribuyentes, según se afirma en el folleto. Cierto que esa cifra parte de la estimación de que la mayoría de las declaraciones son conjuntas -e incluso, debió de haberse colado algún trío, pues en otro lugar de la separata se expresa que "en el último ejercicio fiscal, el 34,31% de las asignaciones (exactamente 7.195.155 frente a las 6.958.012 del año anterior) apoyaron a la Iglesia", y como las cifras deben casar exactamente, se el curioso comprabará que la diferencia entre las dos cifras es de 237.143 declaraciones, que, multiplicada por dos, permite llegar a 474.286 contribuyentes máximos, si todas las declaraciones hubieran sido de dos contribuyentes.
Las cifras permiten hacer algunos otros cálculos. Más adelante, se recoge, en una muestra de transparencia obligada: "El importe total de euros (recaudados) asciende a 252.682.547 euros (241,3 millones de euros fue la cantidad percibida mediante el anterior ejercicio fiscal)". Estas cifras suponen que las nuevas declaraciones han sido realizadas por contribuyentes algo más prósperos que la media, pues la media recaudada en 2008 por declaración fue de 35,15 euros, en tanto que estos 237.143 nuevos han aportado de media 48,00 euros.
Se está, por tanto, con la campaña, apelando a las conciencias de los asalariados de más ingresos, teniendo siempre en cuenta, por supuesto, que en España, los que pagan impuestos del IRPF no son los ricos (pues "ricos, lo que se dice ricos", no solamente son muy pocos en España sino que, además, como no son asalariados por lo general, y tienen sicavs, y fondos de pensiones y acciones y alguna que otra evasión a paraísos, pues no suelen cotizar en este mecanismo recaudatorio para clases medias).
El lector puede haber tenido la errónea impresión, después de esta introducción, que vamos a aconsejar desde este modesto pedestal divulgativo, que no se ponga la x a favor de la Iglesia católica, pero, se equivoca. Primero, porque, como bien dice el folleto, del 1.4% que se va a dedica a actividades sociales (es equívoco decir "no va a ningún destino concreto), se puede decidir que se dedique un 0,7% a la Iglesia católica y otro 0,7% a Fines sociales.
Y segundo, porque la Iglesia mantiene una cúpula absorbida por el oropel y el fausto, pero hay miles de religiosos haciendo una auténtica labor social que, hoy por hoy, no puede asumir con la misma diligencia, dedicación, entrega, ninguna ONG. Cierto que la evangelización es otra cosa diferente, pero lo que cualquier contribuyente debiera sopesar es la claridad del destino del otro 0,7% y decidir, de acuerdo con su información -si, también con su conciencia- dónde encuentra más segura la opción de que ese dinero llegue realmente a los más necesitados.
Porque, además, si quiere estar realmente más tranquilo, le aconsejaríamos que dedicara, no un miserable 0,7% de sus impuestos, sino un 5, un 10% de sus ingresos, a ayudar a los pobres. Seguro que, además, conoce unos cuantos, aunque solo sea de vista: en la calle, en sus viajes de placer, en las noticias de cada día. Y lo mejor de todo: podrá hacerlo directamente, sin intermediarios.
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