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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la digestión de las energías renovables

La determinación del Gobierno socialista de convertir a España en paladín de las energías renovables, siguiendo las orientaciones de un equipo de expertos liderado -en lo que se conoce- por Domingo Jiménez Beltrán, Joaquín Nieto y Green Peace, entre otros convencidos de que el fin del mundo está próximo, si no se toman medidas inmediatas para reducir drásticamente la producción de gases invernadero, está teniendo y tendrá consecuencias que van aflorando, como cuerpos arrojados al océano.

No estamos en contra, por supuesto, de estas energías, sino que defendemos la claridad y profundidad técnica de las decisiones que se adopten, porque la ocultación de las dificultades no beneficia más que a los ignorantes y a los aprovechados de esa ignorancia.

España es prácticamente una isla energética, y la gestión de unas energías -como la éolica y la solar- que tienen una producción discontinua y poco controlable, genera dificultades especiales al sistema. Necesitamos las energías renovables, por supuesto, -son una fuente limpia, autónoma e inagotable-, pero no podemos ignorar los costes de su integración y, mucho menos, las dificultades técnicas que hay que superar para hacer efectivos los objetivos que se hayan fijado políticamente.

Pocas personas más cualificadas para hacer el análisis que Alberto Carbajo, director general de operación de Red Eléctrica Española, quien pronunció el 18 de mayo de 2010, en el Claustro de la Escuela de Minas de Madrid, invitado por el CEMA, del que es vocal de su Junta Directiva, una conferencia esclarecedora sobre la gestión de las energías renovables.

Como buen profesional, Carbajo no hace crítica de las instrucciones del Gobierno, sino que se limita a expresar las cuestiones que deben solventarse, dentro de una clara posición favorable a la incorporación de las energías renovables al sistema de producción eléctrico. ("Necesitamos las energías renovables porque nuestro sistema actual de producción es insostenible; son fuentes propias; la inversión está hecha y generan riqueza a nivel local, favoreciendo el desarrollo").

Las dificultades de integración de las renovables y, en particular, de la eólica, provienen de la variabilidad de su producción -estacional y también diaria-, y, tampoco conviene olvidarlo, de la variabilidad de la demanda que, en España, tiene un consumo valle relativamente bajo que coincide, con frecuencia, con la mayor producción de esas energías verdes, lo que provoca los llamados "vertidos de energía eólica", ya que el sistema no puede absorber el exceso.

La cuestión presentada no es la única de las que afectan a la gestión de las eólicas. Desde luego, con vientos superiores a 25 m/s los aerogeneradores, por motivos de seguridad, deben ponerse "en  bandera" -como sucedió con el huracán Klaus, por el que llegaron a perderse 7.000 Mw en 90 minutos).

Más importante aún que esta limitación estructural a la utilización de los vientos mayores, debe considerarse el hecho de que la preferencia de integración de las renovables al sistema y las fluctuaciones del consumo, obligan a mantener "al ralentí", dispuestas para su entrada inmediata al sistema, las instalaciones de ciclo combinado. Eso es así porque se tardaria en arrancar unas 5 h una instalación de ciclo combinado, y las caídas de producción de las eólicas como los incidentes -huecos de tensión, unos 1.200 anuales- de la red tienen que solventarse en milisegundos.

El objetivo de llegar a 40.000 Mw de producción eólica en 2020 creará incógnitas sobre el comportamiento del sistema, que obligarán a incorporar medidas de acompañamiento, de naturaleza técnica, económica y jurídica. Afectará al rendimiento esperado de las instalaciones de ciclo combinado, que se verán sometidos a mayores costes de mantenimiento -mayor número de arranques y paradas- y a una drástica reducción de las horas de funcionamiento (que pasará a ser de 1.500 a 2.000 h anuales).

Afectará igualmente a la generación y absorción de los bombeos previstos con el objetivo de compensar los excesos de producción en horas valle. Se ha analizado que con  los 18.000 Mw ya instalados se hubiera podido disponer de 4.000 Mw adicionales de bombeo. Habrá que realizar simulaciones precisas para estudiar el comportamiento con una producción éolica doble, y definir dónde se van a ubicar los 5.700 Mw adicionales de bombeo que prevé el Gobierno en su Propuesta de mix eléctrico 2011-2020 (con una generación eléctrica de renovables del 42,3%, equivalente a  178.000 Gwh y a una demanda valle de 300 a 340 Tw/h).

Una interesante reflexión, desde el conocimiento, la propiciada por Alberto Carbajo, que fue aún enriquecida en el debate, en donde se expresaron algunas de las preocupaciones del sector.

 

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