Sobre las razones para escribir post largos
Desde Marketing Guerrilla en la web 2.0, Carlos Bravo, por inspiración -escribe- de otro gurú del mundo digital en español, Carlos Blanco, escribe un post sobre las tres razones fundamentales (en su docta opinión) por la que los post(s) debe seben ser cortos.
Comienza Carlos citando una frase, que atribuye a la correspondencia entre Schiller y Goethe, en la que el primero habría escrito al segundo (¿o fue al revés?, se pregunta) "Te escribo esta carta larga, porque no tengo tiempo para escribirte una más corta". La frase es, desde luego, magnífica, pero no pertenece a la correspondencia entre los dos genios de la literatura alemana, sino a Blaise Pascal, físico, que vivió entre 1623 y 1662 y que tenía otras preocupaciones diferentes a las literarias (entre otras, las religiosas, pues se empeñó en demostrar la existencia de Dios, incluso buscándolo en su bolsillo).
De Pascal se citaban muchas frases en los calendarios de mesa, entre las que también recordamos una estupenda: "Es más hermosos saber algo de casi todo, que casi todo de algo".
Pero la razón fundamental de nuestra discrepancia con los dos Carlos (y con sus casi infinitos seguidores, de los que muchos pertenecen al grupo de los generadores de spam, con sus "muy bueno lo tuyo", o "estoy completamente de acuerdo") es que, como puede imaginarse quien siga estos comentarios, preferimos que las entradas de nuestros cuadernos informáticos tengan una cierta longitud.
Estamos de acuerdo -aunque tampoco disponemos de estadísticas, pero nos guiamos por nuestro propio comportamiento, como hacemos casi todos- en que solo leemos en profundidad lo que nos interesa en un momento dado y, en particular, si proviene de alguien que consideramos un autor o escritor serio, al que, por lo general, seguimos con regularidad.
A nosotros, además, nos gusta leer lo que está biene escrito, y nos gusta que lo que esté bien escrito ofrezca información. No nos importa que no sea breve, si cumple esas dos condiciones. En cambio, si algo está torpemente redactado, con fallos gramaticales y expresiones sin sentido semántico, no nos dura un segundo ni en las manos ni en la pantalla del ordenador.
Nos interesa casi todo y, por ello, agradecemos que se haga una introducción corta pero suficiente del tema, si es complejo, para que podamos entender suficientemente de qué va el comentario. En este sentido, entendemos que en los blogs realizados por especialistas y dedicados a otros especialistas, no hace falta extenderse en circunloquios. Se va al grano, y está. No se pretende hacer literatura, sino expresar, escuetamente, el avance, las características del nuevo producto, el juicio concreto.
Nuestros blogs no van en esa dirección, porque lo que comenta expresa opinión personal, que no puede quedar expuesta sin los imprescindibles matices. Y siempre hay matices, que garanticen, en lo posible, que el que lee se sitúe en la órbita de pensamiento (desde luego, si le apetece hacerlo así) del que lo escribió. No pedimos al lector que se identifique con nosotros, pero sí que, si desea leer lo que hemos escrito, acepte el disfrute de suficiente material para que sepa dónde nos encontramos, ideológica e intelectualmente.
Hay, en fin, las mismas razones -porque son producto del cristal con que se miran, esto es, no son objetivas- para escribir post(s) cortos como largos. Nosotros preferimos los que tienen una cierta longitud, porque, cuando se pretende hacer literatura, como los maestros Schiller y Goethe -entre tantos otros que podríamos citar- es imprescindible cuidarse de encontrar las palabras adecuadas. Si se actúa como ingeniero, como físico, como químico -valgan los ejemplos- basta con disponer de la fórmula o saber cómo alcanzarla. Y si no se tiene tiempo para encontrarla, habrá que emplear muchas palabras para decir a nuestro interlocutor qué es lo que estamos pretendiendo.
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