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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre Oscarliwood, Woody, Pé y los chicos del montón

Pasado el frenesí de la concesión de los Oscar, empapeladas las ciudades españolas de anuncios en los que se disfruta de Penélope Cruz en las más variadas posturas, exaltada hasta la adoración pecaminosa la virtud interpretativa y el sexual encanto de Pé, es hora de decirlo: Vicky, Cristina, Barcelona, es la peor película de Woody Allen, el papel de Pé es ridículo, histriónico y mínimo, y la concesión de un Oscar a una de nuestras mejores actrices por esos seis o siete minutos en una obra muy menor es un insulto a su carrera y un desprecio a nuestra inteligencia de cinéfilos. 

La película de Allen contiene varios despropósitos, para regocijo de los que gustan de encontrar incongruencias. El viaje en avioneta para tres desde Barcelona al aeropuerto de Asturias, de noche, a tiempo para llegar al Hotel de la Reconquista a plena luz del sol, después de una travesía con rayos y truenos, es entrañable. La noche ovetense a toque de guitarra española o las juergas flamencas barcelonesa son magníficas para entender el conocimiento del cineasta de las cosas de estos lares y el tipo de asesores con los que contó.

¿Y qué decir del grupo de culturetas que se mueve en torno al "Juan Antonio"-Bardem, de padre poeta asturiano?. ¿Cómo no disfrutar de los campos verdes con sabor a monte Naranco que rodean una Barcelona incongruente? ¿Por qué no sonreir ante la facilidad con la que se mueven los personajes entre Oviedo- "el faro de Avilés"- los soportales del Fontán o las desconocidas entrañas de la Asturias irredenta?

Penélope y Javier son dos de nuestros mejores actores, merecedores de todo respeto y acreedores a los más altos galardones por su ya amplia y entregada carrera. Que los hayan dado sendos Oscar por dos papelones de medio pelo es una llamada de atención al respecto de cómo se las juegan en Oscarliwood. No caigamos en la adoración del despropósito. Si hubiera que hacer una mención a su excepcional talante interpretativo, mejor dejar escrito que les han premiado por La niña de mis ojos y Mar adentro. Los chicos del montón, esos centenares de actores y actrices a los que no les han dado ni les darán premio alguno, se hubiera quedado más tranquilos.

(Por cierto, Scarlett Johansson, salva la película: magnífica)

1 comentario

albert -

qué acertado. Menudo bodrio de película. Me sentí "colectivamente" estafado. "Prubinos,darme pasta que os vendo esta moto y vaís que chutáis" (Me lo dijo el mismo con la gafa rota en la calle Milicias)