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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los TICS en la enseñanza

"La equidad de nuestro sistema educativo supone que la brecha digital tiene que desaparecer". Lo dijo la Secretaria de Estado de Educación española, Eva Almunia, en su conferencia el 23 de marzo de 2007 en el salón de actos de la Delegación de Asturias en Madrid.

Almunia, que tiene un verbo fluido y convincente, había defendido antes que "las leyes se hacen pensando en lo que hemos aprendido, pero no consultamos a los jóvenes; no les dejamos participar". El núcleo de su presentación era glosar el modelo "Escuela 2.0 que, según explicó, tiene cuatro ejes: conectividad, contenidos, profesorado y material.

En la mejora de la conectividad, apeló a un apoyo mayor de Telefónica, representada en la mesa por un entregado Javier Nadal, vicepresidente de la Fundación, que acababa de presentar a Eva Almunia, como "ejemplo de persona de bien dedicada a la política (...) innovadora, mujer y madre", además de contar con una experiencia como consejera en Aragón, patria chica de ambos.

El "aula tiene que estar abierta al mundo", pero debe disponer de contenidos, superando el libro, para constituirse en plataforma que dote al profesor y de recursos; para ello, además de la formación tecnológica, el docente debe disponer de aptitud pedagógica en las nuevas tecnologías. "El profesor no es el único que transmite el conocimiento, sino que (ahora) tiene otros roles".

La cuestión del material "para que las aulas sean digitales" llevó la cuestión nuevamente hacia el coste de disponer de una conexión barata. "200 alumnos conectados simultáneamente a la red, eequivalen a una empresa de cierto dimensión. Las compañías de comunicaciones deben implicarse y ofrecer un precio barato".

La Secretaria de Estado salpicó su conferencia con algunas anécdotas caseras ("a los jóvenes les gusta comunicarse con varios a la vez; mi hija lo hace"), y, al fin, abordó la cuestión más polémica: En la actualidad, la forma de enseñar y aprender es distinta. Hay muchas razones, unas internas a las aulas, pero otras, externas, dependientes de la evolución de la sociedad.

Porque "para el 30 por ciento de los niños que estamos educando, no sabemos cómo será su puesto de trabajo". Porque "el 70% de los niños utilizan el ordenador en casa -en su tiempo de ocio, y, por tanto, para su ocio-, en tanto que el espacio y el tiempo que se dedica a las nuevas tecnologías en la escuela es mínima".

Y, quizá sobre todo, (esto ya lo decimos nosotros) porque los profesores siguen aferrados a la vieja idea de lo que es enseñar y conectan (otra conectividad que hay que mejorar) poco con los alumnos.

Como sucede en este tipo de actos, las preguntas surgidas en el debate ayudaron a poner algunas cosas en su sitio, es decir, a dejar patentes las cuestiones abiertas, para que el beneplácito del administrador no sea nunca completo. Desde la sala, se argumentó que "se está perdiendo el valor emocional de la enseñanza". Los estudiantes, en lugar de ir a las aulas y atender a una clase, acuden al "Rincón del vago" o a "Fisiquímica.com".

Almunia reconoció la existencia del problema. "Hace 6 o 7 años, hablando con un profesor del MIT, en donde había 6 o 7 profesores premios nóbel, me hacía la misma reflexión. (...) Pero es que cuando un profesor edita un buen manuel de referencia, se pierde el interés por asistir a las clases. El ministro habla de que se educa por contagio. Hay que replantearse un poco todo".

Para otro interviniente, "el objetivo de la educación no es solo ayudar a encontrar trabajo, sino formar ciudadanos que sean capaces de tamizar la información que les llega". Y es que "las TICs no dan información. Hacemos lo mismo de siempre, con soporte digital."

Aquí, la Secretaria no estuvo tan acertada al replicar, pues confesó que se conformaba con que el profesor pusiera el libro en soporte digital (en la primera fase, se entiende), y explicó la experienca de una escuela en Ariño (cuencas mineras de Aragón) con niños de 6º de Primaria, preparando un viaje a Londres, que involucró temas de matemáticas, lengua, geografía, etc.

No estuvo tan acertada porque, al pedir "un cambio de cultura, de mentalidad", del profesor que "debería ser capaz de adaptar su clase" a los nuevos tiempos y, como se había sugerido en la sala "hacer públicos los contenidos de los libros", consiguió la intervención objetivo-defensiva del representante de la Editorial Anaya que, oportunamente, expresó que "en educación, nada se puede estandariizar. Hace años, los que podían permitírselo, tenían tutor, es decir, ya disfrutaban de interactividad. La tecnología no es más que una herramienta, no es el modus operandi de la sociedad."

Por eso, "el contenido no puede ser libre. ¿Quién acude al Rincón del Vago?. Hay profesores que introducen errores en los temas que envían a esa plataforma, para detectar los malos alumnos, los que copian y aprenden de memoria sin razonar".

Almunia recogió, inteligentemente, el guante. "Ese es el debate. No tengo la certeza, tengo la sensación (de ir por el buen camino). Quisiera que un profesor pudiera tomar de la red -pagando, matizó- lo que desea, y con ello, montar su propia clase y contenidos. (...) Queremos seguir trabajndo con las Editoriales, que, además, en un Estado descentralizado como el nuestro son una vía de acceso a los responsables de educación en las Autonomías".

Una interesente conferencia, en fin, que, como expresó a su inicio Miguel Munárriz, delegado en Madrid del Principado, era la primera de un Ciclo de 4 Jornadas llamado "Educación para transformar la sociedad", organizado en colaboración con Asimico, que puso, además de la presencia de Julián Conte, su presidente -que también tuvo incienso para la Secretaria de educación: "Aula 2.0 es un proyecto muy profundo", dijo - los pinchos de final del acto.

(Tendremos que aclarar, aquí al final del Comentario, que, al mismo tiempo en que se incorporan las TICs (Tecnologías de Informática y Comunicaciones) a las enseñanza, habrá que suprimir muchos de los tics que se resisten a desaparecer?

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