Sobre las prioridades en política económica
Los comentaristas políticos en España se están centrando estos días de final de octubre de 2008 en lo que parecen dos grandes temas: las elecciones por la presidencia en los Estados Unidos y la crisis económico-financiera que nos ha llegado desde fuera, y a la que se había negado influencia.
Cualquier persona medianamente informada debería saber: a) que las elecciones en Estados Unidos poco afectarán a la política internacional española, mero comparsa en la Unión Europea y falto de una entidad suficiente para que ese coloso orgulloso y autista nos tenga entre sus prioridades, llámese McCain, Obama a Rita the housekeeper. b) que si Estados Unidos sopla y tose, la Unión Europea, coge una pulmonía y a España, por sólida que creamos a nuestra economía, se le encharcan los pulmones.
Podemos incluso entender que hayan pasado a muy segundo plano las cuestiones relativas al cambio climático y la selección de las fuentes energéticas, en la que debiera, sin embargo, estar claro, que para una economía tocada del ala, los dispendios deben ser más cuidados que nunca, y que habrá que ser especialmente cauto, restrictivo, ahorrador en la política energética.
Ya no entendemos que, si creemos vender credibilidad, y solidez del sistema financiero, se diga oficialmente que "solo" se garantizan los depósitos bancarios hasta 100.000 euros. Mejor haberse callado. Y, puestos a gastar dinero público, aumentar -sí, aumentar- las inversiones públicas. Aumentando los controles, si hace falta -que suponemos, a la vista de lo visto, que hace falta- y clarificando, si hay culpables, las responsabilidades delictivas de los que obraron mal.
Porque las cuestiones relativas al entorno del llamado poder judicial, sin embargo, ocupan muchas páginas, que tendrán interés mediático, pero poca enjundia económica. El caso Mari Luz, el plante de los secretarios de Juzgado, la ideología conservadora del Presidente del CGPJ, la apertura de una instrucción que trata de abrir una causa penal contra el otrora invicto Caudillo y sus generales, etc., forman un totum revolutum en el que nos parece que nos jugamos los garbanzos, y no nos jugamos nada colectivo.
Eso sí, escarbaremos en la vergüenza inconcebible de tres años de guerra civil y más de cincuenta años de silencio, cagalera, miedo, represalias, mentiras...y minaremos la credibilidad de ese falso poder autónomo, el judicial, cuyos representantes, además, han sido elegidos por una oposición con unos cuantos temas a memorizar, que consiguieron superar a los treinta años de edad, sin haber salido de su habitación hasta entonces...
Los media dedican, en fin, idéntica atención a la Liga de fútbol, o a las victorias, dificultades y heroicas derrotas de Nadal, Alonso o Crevillé...entre otros ritos deportivos, por lo general, bien remunerados. También les pareceimportante saber si la duquesa de Alba se casará o no y otras actuaciones clave de personajes que se mueven entre la realidad y la ficción de sus recreadores.
A nosotros nos parece llegada la hora de plantearse, de verdad, las prioridades de esta sociedad, de dejar de hacer política -desde el Gobierno y desde la oposición- para la mayoría ignorante, y salir a la palestra para defendar posturas ante los que saben, los que opinan, los que pueden ayudar a encontrar soluciones. El pueblo necesita empleo, salarios dignos, aumentar su productividad, confianza, sanidad pública eficiente, transportes baratos y efectivos, y menos, muchos menos, cuentos chinos.
1 comentario
Guillermo Díaz -
Y no digamos nada de la política exterior (muy interrelacionada hoy con la política económica) a la que yo daría otro -0-. Aun hoy andamos mendigando a ver si nos admiten en las reuniones de los G8 y cómpany.
Como tu bien dices, cuando el pueblo necesita empleo, salarios dignos, sanidad eficiente, etc.etc. en vez de aplicar medidas concretas aun cuando puedan ser impopulares, este gobierno se limita a politiquear, a salir bien en la foto, y a esperar que pase el chaparrón para poder volver a ganar las elecciones.