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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el aumento de la productividad

Todos hablan de la crisis y nadie -o muy pocos- hablan de la productividad. Los sindicatos defienden el mantenimiento del empleo o la mínima reducción de puestos de trabajo, pero no hablan de mejorar la productividad. Los empresarios hablan de caída de beneficios y necesidad de créditos financieros, aunque no ponen el dedo sobre la necesidad de incrementar la productividad.

Los políticos dan cifras de población activa, prometen mejorar la asistencia social a los necesitados y acuerdan proteger a las entidades financieras para que no entren en insolvencia -que acabarán entrando, y arrastrando a los gobiernos- pero no hablan de la imperiosa condición de aumentar la productividad de todos.

¿Cómo se aumenta la productividad?. Más fácil, imposible. Incorporando al mundo del trabajo a todos los que estén en edad y condiciones de trabajar y consiguiendo que todos los que trabajen ofrezcan su mejor rendimiento, situándolos en los lugares adecuados y motivándolos para que sean más eficaces.

No hay más que estar atento a lo que nos rodea para constatar que nuestra sociedad -la española- tiene una productividad muy baja, bajísima. Centenares de miles de personas reciben el subsidio de paro, porque la sociedad no les encuentra sitio; otros centenares de miles personas, están a la expectativa de encontrar un trabajo, sin apoyo público y manteniéndose con el auxilio de familiares, contención y amigos.

Centenares de miles de personas, con plena capacidad física y hay que suponer intelectual, vegetan y deambulan por las calles y plazas, tomando el sol o el aire, jugando a las cartas o charlando de materias sin trascendencia, porque han llegado a la edad de la prejubilación, de la jubilación o, simplemente, no tienen nada mejor que hacer. Centenares de miles de personas están infrautilizadas en sus empresas, o hacen como que trabajan, o son incapaces de hacer bien su trabajo porque nadie las orienta, las anima, las corrige o ...las despide. Centenares de miles de personas....

Han dado el premio nobel de Economía a un antistema, un heterodoxo: Paul Krugman. Defiende que una persona trabajando, aunque sea con un salario ínfimo, es preferible a una persona en paro cobrando el desempleo o deambulando por las calles sin hacer nada.

Suponemos que se refiere a que es mejor para la economía global, pero añadimos, sin miedo, que es también mejor para el individuo, sin indicar con ello que, por supuesto, su salario mínimo o sus necesidades básicas sean completados, dado el caso, por ayudas públicas.

¿Hace falta que las obviedades sean atribuídas a un premio Nobel para que sean más verdad?

2 comentarios

Creditos -

Es algo que las empresas y empresarios siempre le dan de lado, al parecer no les interesa la productividad ligada a la mejora de los puestos de trabajo para los empleados.

Silvia -

Hola Angel, qué sorpresa verte de nuevo por la red, estupendo ver que has vuelto a escribir en tu blog.
Creo que tienes razón en lo que comentas hoy, es necesario aumentar la productividad, y hay muchísima gente que podría aportar mucho a la sociedad, colaborando con su trabajo, en lugar de malvivir o estar ociosos todo el día. Pero parece que cuanto más obvias son las cosas, más difíciles son de ver, al menos para los que llevan las riendas...