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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los billetes de 500 euros y el control de la masa monetaria

Si Vd. pertenece al grupo de los que creían que los billetes de 500 euros servirían para facilitar manejar las unidades más pequeñas en aquellas operaciones superiores a esa cantidad, va aviado. No importa que le tengan que pagar 600, 1.200 o 4 millones de euros, pida que se lo abonen en billetes menores, o se encontrará que nadie quiere cambiárselos.

Ni siquiera en el Banco con el que Vd. trabaja, ése que proporciona regularmente todos los datos de sus cuentas bancarias, incluídos movimientos, saldos, intereses y rendimientos del mínimo capital que heredó de su abuela, le cambiará de rositas su billete de 500. Le pedirá que se identifique con su carné y, para mayor seguridad de que todo queda registrado para el control del Estado y para el beneficio y gloria del banquero, ingresará el billete en su cuenta corriente antes de dárselo convertido en billetitos.

Si se decide a sacar de su cuenta corriente, digamos, 700 euros, ni por lo más remoto admita que su Banco le entregue uno de esos fatídicos billetes. Ni en el supermercado, ni en el restaurante, ni siquiera entregado como pago de 452,25 euros por comprarse una bicicleta estática, conseguirá largar el muerto.

¿Cuál es el objetivo de todo este despliegue burocrático para controlar un mísero billete?. Nos es, sinceramente, desconocido. Algunos especulan que se hace así para controlar el dinero negro, o perseguir el blanqueo del dinero. No puede ser. Los que manejan la economía sumergida hace tienmpo que están avisados, y no andan por ahí manejando fajos de 500, sino, seguro, maletitas repletas de billetes de 50 euros.

Lo que sí es seguro de que lo hacen para jodernos a los pobres inocentes que, por hache o por bé nos encontramos de pronto con un billete de los grandes en las manos. Nos lo habrán entregado para pagarnos el salario del mes, unos honorarios atrasados o, sencillamente, es parte de lo que ahorramos con el sudor de nuestra frente y y guardábamos en el calcetín para cuando vinieran mal dadas.

Hemos leído que quedan todavía 160.000 millones de pesetas por devolver al Banco de España. Si a ello sumamos los billetes de 500 euros que se crearon en un momento en el que Europa era un proyecto de futuro y no una condena de despropósitos, y que deben estar metidos en sus casas por miedo a que no te detecten como delincuente por tener uno de ellos, la cantidad de dinero inactivo, improductivo, estéril, debe ser una parte nada despreciable del PIB.

Del pib-ostio controlador que algunos se complacen en armar cuando no se les ocurre la forma eficiente de atajar la delincuencia organizada y prefieren dar palos de ciego en la cabeza de los santos inocentes. ¿Nos dejarán en paz, de una vez, los obsesos de la burocracia desorganizada?

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