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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre algunas formas de felicitar el Año Nuevo

Modelo Uno.-

Estimado amigo (o estimada amiga):

Desearía que el próximo año no trajese aún más ruido acerca del cambio climático y sus repercusiones, pero me temo que eso no será posible. La inmensa mayoría de los que viven de polemizar por los temas más triviales han encontrado ahí un filón inagotable, al menos por unos años.

Por eso, le brindo una idea para 2008: Cada vez que alguien le hable sobre el calentamiento global y la pérdida de hielo en los polos, dígale que, según sus simulaciones, el efecto se dilatará aún otros mil o dos mil años y que es probable que para entonces las nuevas generaciones humanas ya nazcan sin pelo y con las piernas más cortas, por lo que es casi seguro que necesitarán menos energía para calentarse.

Modelo Dos.-

Desaría que el próximo año nos trajera aún más felicidad, pero me temo que no será posible. Además de las guerras y disputas que ya tenemos heredadas de este año que se acaba, se aumentará la previsión de calentamiento global del planeta, esto es, nos calentarán aún más. Porque aunque se seguirá negociando el clausulado del tratado de Bali y Estados Unidos, India, China y Gabón manifestarán su decisión de controlar sus emisiones, pero sin tomar medida alguna, en verdad se seguirá contaminando muchísimo, y muchísimo más que ahroa. Así que la temperatura media subirá una décima de grado celsius cada dos o tres meses,  o no subirá nada, según los modelos del Foro para el Cambio Climático, el ITM, y la percepción individual del vecino de abajo y el tendero de la esquina.

Por eso, le deseo que aproveche el momento de la mejor manera psoible. Un viaje al glaciar Perito Moreno antes de que se derrita por completo sería lo más adecuado. No se fíe de los que dicen que el glaciar se rompe porque en realidad se enfría. O tal vez prefiera fotografiar las últimas tortugas de Borneo o las playas de las Seichelles antes de que desaparezcan bajo el mar. No se fíe de lo que le diga nadie, todos tienen intereses económicos, cualesquiera que sea la opinión que expresen.

Esos recuerdos inolvidables le prepararán adecuadamente para el próximo e inevitable diluvio universal. Tal vez  le toque vivirlo. Puede por ello que le interese empezar a construir una barca y empesar a meter en ella una pareja de las especies que le apetezca conservar.

Suyo afectísimo,

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