Sobre la crisis inmobiliaria y cómo resolverla
A medida que los "expertos inmobiliarios" de los periódicos de uno y otro signo ideológico van precisando datos acerca de la inminente crisis inmobiliaria que se habrá, según ellos, de sufrir en España, las poblaciones se van llenando de carteles de "se vende". Los precios de los inmuebles, sin embargo, no se mueven siginificativamente a la baja y, lo que es más grave, los precios de los alquileres, se mantienen, o incluso suben.
¿Qué está sucediendo, pues?. Que nos encontramos en pleno proceso electoral y, como viene sucediendo de forma sintomática, hasta que no se resuelvan los resultados en marzo del próximo año, las gentes no se animan a comprar. Es una cuestión sicológica, pues los potenciales compradores piensan que puede merecer la pena esperar a conocer si habrá un vuelco político.
El problema inmobiliario no está, en realidad, centrado en el precio de venta de los pisos, sino en las dificultades de lso propietarios para encontrar inquilinos con garantías de que no les dejarán colgados con varios meses de atraso y, tal vez, con el local destruído por los moradores a los que se les había confiado las llaves.
Se debería revisar la protección a los propietarios, más que tratar de favorecer unidireccionalmente a los potenciales inquilinos, obsesionándose en verlos como la parte débil de la relación. Si los propietarios pudiesen contar de verdad, es decir, regularmente, con el alquiler regular pactado, los precios de los alquileres bajarían.
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