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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Para ayudar a la comprensión general de los complejos temas políticos

Nos parece que los responsables de la gestión político-económica, debieran tomar ejemplo, de una vez por todas, de la actuación de los líderes de opinión más escuchados y venerados del mundo, que son los entrenadores de fútbol.

Hemos seleccionado, sin ánimo de ser exhaustivos, algunas de las posibles respuestas a las preguntas que permanecen abiertas en el contexto nacional e internacional, tomando como modelo las orientaciones dialécticas de esos respetados ciudadanos, maestros probados en la gestión de uno de los problemas mayores que asolan a la humanidad, y que deben responder semanalmente -cuando no diariamente, e incluso, al minuto- del estado, forma física y síquica de sus equipos y, por supuesto, justificar sus resultados (sean cuales hayan sido éstos).

Por ejemplo, a la pregunta sobre cómo se percibe la actual situación de crisis, teniendo en cuenta que otros países tienen mejores equipos, disfrutan de mayor tecnología y cuentan con mayor presupuesto, la respuesta (1) podría ser ésta:

"La crisis es relativa y el futuro siempre está por jugarse. Todos tenemos las mismas opciones, digan lo que digan las agencias de rating y no hay contrincante que pueda presumir a priori de tener la partida ganada o perdida. La Historia demuestra que países que ahora presumen de ser muy solidarios han sido unos perfectos chorizos, con sus gentes dadas al exterminio, el latrocinio o la explotación. Nosotros, desde nuestra modestia, lucharemos hasta el final, poniendo toda la carne en el asador y, por supuesto, contamos con el apoyo de todo el país, que, como una sola afición, independientemente de sus colores ideológicos, se volcará en animar al equipo y hacer lo que corresponda."

Si la pregunta fuera acerca de si las deserciones de casi la mitad de la plantilla no preocupan y si no se está condicionado por los resultados adversos anteriores, la contestación se nos ocurre que pudiera ser algo parecido a lo siguiente:

"Negamos la mayor. En cada momento, nuestro país procuraponer la gestión en manos de los mejores, sin que ello signifique que los demás se retiren del campo de juego. Incluso, aunque algunos no estén en disposición de jugar -por encontrarse bajos de forma o trabajando para la empresa privada-, estamos haciendo todo lo posible por su rápida recuperación, aún reconociendo que puede ser difícil, dado nuestro escaso presupuesto. Pero lo más importante es que el pasado no nos condiciona lo más mínimo, salvo porque todos hemos aprendido de nuestros errores y, por ello, estamos seguros de salir de la mala racha.

Cuando, por encontrarnos en la parte alta de la prima de riesgo parezca a punto de cundir el desánimo, o i nos hallamos en bajo mínimos y en zona de descenso en la credibilidad, aprovechemos el momento dulce de haber cambiado de entrenador, alardeando de la fortaleza de haber despedido al anterior -aunque sin olvidar darle las gracias por los servicios prestados en momentos tan difíciles-. Podemos echar la culpa a la afición, expresando que una parte -la del lateral derecha- ha pedido a gritos su dimisión, pero sin menospreciar que nos encontramos sin dinero en las arcas, penuria que puede llegar hasta no tener ni para pagar las nóminas. Por todo ello, una declaración tranquilizadora podría discurrir de esta manera:

"El cambio de gestión de la plantilla, con la incorporación de un  nuevo equipo directivo, proporciona aire fresco, nuevas ideas y, sobre todo, la posibilidad de revisar alguna de las cosas que se pudieron haber hecho mal por el anterior gestor. Pero no renegamos de todo lo hecho, porque el país es una solución de continuidad y no creemos en reformas bruscas, sino en retoques que catapulten la ilusión y los medios disponibles, que son muchos y muy válidos. Estamos convencidos de que no necesitaremos más que cambiar algunas cosas, respetando la tradición y solera de una nación con tanta raigambre internacional, en donde hemos ganado batallas mucho peores. Solicitamos que todo el país nos apoye y confíe en nosotros, y que nuestros contactos internacionales sean conscientes de que somos parte de un gran equipo. Nadie es solo espectador. 

(...)

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(1) Advertimos que no se trata aquí de reflejar la "respuesta idónea" en el sentido de aquella que vendría a solucionar el problema. Dando por supuesto que esta no se conoce bien, o no se quiere explicitar para no abrir una discusión inútil, lo que pretendemos es recuperar el lenguaje positivista, ambigüo pero simpático, de los entrenadores de fútbol, a la vista del gran eco que alcanza en los media, y que, a pesar de su simpleza, anima a que todos los aficionados al fútbol se encomienden cada lunes a discutir las obviedades, olvidando así centrar en otros problemas, en un estupendo ejercicio de catarsis colectiva.

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