De qué hablar si no es de economía
Nos hemos acostumbrado a que los dirigentes políticos (entre los que incluiremos a los sindicales) tengan respuesta para todo, especialmente si se trata de cuestiones económicas.
No son, cabe suponer, sus propias opiniones, sino las de sus asesores, que transmiten, con mayor o menor fortuna, adornándolas con las palabras que creen más convenientes para reforzarlas y, por tanto, convencer a otros.
El tema de la credibilidad de los mensajes ha pasado a primer plano, pues no se trata, como venía sucediendo, de ratificar el mensaje ideológico a simpatizantes y adeptos, arrastrando así la opinión general. En la actualidad, habiéndose reducido el número de afiliados a partidos y sindicatos, la capacidad de convicción y movilización ha de expresarse en terrenos incluso hostiles.
No es una operación sencilla, y menos si se están equivocando los diagnósticos, con lo que se repiten argumentos que no causan efectos, porque quienes tienen en realidad los controles no están por la labor de hacer caso a lo que se proponga. Así que los líderes teóricos de la sociedad se empeñan en manipular términos que provienen del acervo de los economistas (suspensión de pagos, renegociación de la deuda, prima de riesgo, etc.), obviando las actuaciones de naturaleza técnica, es decir, de producción, para lo que solamente pueden esgrimir una ignorancia enciclopédica.
¿De qué sirve, en fin, que algunos de los países occidentales con menos presupuesto se hayan dado cuenta de que no tienen dinero en caja para pagar sus compromisos de deuda, si las reuniones de quienes pretenden llevar tranquilidad a los mercados solo hablan de préstamos, reducción de gastos, quitas o renegociaciones a la deuda?.
Métanse también en el paquete las decisiones sobre medidas productivas, tecnológicas. Que se incorporen los técnicos al debate, y que se propongan, junto a las formas de reconducir la economía, nuevos objetivos que incrementen la productividad, eviten despilfarros, abran nuevos caminos a la eficiencia y nos muestren otras formas de hacer mejor, no ya las mismas, otras cosas.
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