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Al Socaire de El blog de Angel Arias

¿A las barricadas?

Otoño de 2011 será caliente, al menos en España. La imperiosa necesidad de reducir aún más el gasto público -con las inevitables repercusiones hacia el sector privado-, superpuesta a la realidad de una crisis económica de la que no se encuentra el fondo, permiten prever que habrá amplias movilizaciones de descontentos.

Los profesores de Enseñanza Secundaria, Formación Profesional y Bachillerato de la enseñanza pública de la Comunidad de Madrid han sido el primer colectivo en manifestarse en contra de los recortes.

El origen del descontento que está provocando su movilización se encuentra en una amable carta que la Presidente de la Autonomía les ha dirigido estas vacaciones, en la que les indica que, con motivo de la necesidad de reducir gasto, tendrán que dar dos horas más de clase a la semana. En total, tendrán que apechugar con 20 horas semanales de presencia en el aula, por lo que solo les quedarán 17,5 horas para preparación de clases, tutorías, reuniones de departamento, guardias, y corrección de exámenes.

Los representantes de los profesores afectados argumentan en múltiples direcciones en contra de esta decisión. Por una parte, entienden que disminuirá el nivel de las clases, pues se verán obligados a dar asignaturas para las que no están preparados o a bajar el nivel de aquellas para las que sí lo están, pero que ya no tendrán tiempo para actualizar y mejorar, además de verse impelidos a dedicar menos horas a tutorías, actividad esencial para ayudar a los adolescentes a asimilar las complejas enseñanzas y atender a su formación integral, en una edad difícil.

Por otra, protestan -y aquí hay que entender que quienes más lo hacen, lógicamente, son los directamente afectados- porque se reducirá el número de profesores interinos, ya que esas dos horas semanales, multiplicadas por los 25.000 docentes de la Comunidad -200.000 horas mensuales-, serán, en realidad, en buena parte, reducidas de la dedicación total, traduciéndose en pérdida de puestos de trabajo para los interinos, que son unos 3.000 (la Consejera de Educación discrepa de esta cifra, que es la que dan los sindicatos, y la reduce a algo más de la mitad).

No sabemos cómo han hecho los cálculos, unos y otros; la Presidente de la Comunidad habla de ahorros de 1.800 Millones de euros y los profesores de más de mil puestos de trabajo perdidos y disminución drástica de la calidad de la enseñanza.

El argumento de la pérdida de calidad de la enseñanza es, sin duda, falsario. Ya tenemos uno de los peores índices de calidad de Europa y será difícil empeorarlo; no hace falta ser inspector de enseñanza para tener una idea de cómo emplean el tiempo de tutorías, reuniones de departamento y otras actividades no lectivas los profesores de enseñanza secundaria y, por elevación, los de la Universidad.

Dichosos los lejanos tiempos en que esforzados PNNs asumían sobre sus espaldas horas y horas de clase efectiva, ante grupos de cien o más alumnos, preparadas en sus casas, tomando notas de libros en inglés, alemán o francés, avanzando sobre lo desconocido y, horror, cobrando únicamente una miseria por las horas de presencia en las aulas.

Este otoño va a ser una prueba de fuego para nuestro sentido de la responsabilidad, la seriedad de los empresarios y empleados y la firmeza y claridad de los que gobiernan para convencer a los que se resisten de que las medidas de austeridad son imprescindibles. Eso sí, no hay que descuidar atender las necesidades de los que sufran, en efecto, con las mayores consecuencias de las medidas, o nos encontraremos ante y formando parte de las verdaderas barricadas.

 

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