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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre corruptos, premios y loterías

La probabilidad de que a los corruptos les toque un primer premio de cualquier sorteo de la Lotería Nacional es muy alta. Muy superior a la de cualquier otro ciudadano. Al menos, así era hasta ahora en España.

Antes y después de cada sorteo se difunde la especie, sin duda, interesada, de que los premios gordos -en particular, los de los sorteos que se conocen en España como de Navidad y del Niño- tienen mayor predicción por aquellas comarcas que hayan sido recientemente azotadas por una desgracia.

No hay tal, y la relación entre corrupción y premiados era incluso conocida -que no es, por supuesto, sinónimo de reconocida- por el Tribunal Supremo. José Antonio Martín Pallín, magistrado emérito del TS, en la entrevista informal a que le somete Karmentxu Marín (EP 19.12.2010), contesta a la pregunta de porqué el Código Penal es tan benevolente con los corruptos, de esta manera (algo difícil de entender a la primera, y que transcribimos ad pedem literae):

"Lo ha sido. Ahora parece que, el 23 de diciembre, al que le haya tocado la lotería a lo mejor se retira de corrupto, y entra en vigor el nuevo Código, que los castiga más."

Martín Pallín se está refiriendo a la modificación del Código Penal, aprobada en junio de 2010, que, después de una vacatio legis de 6 meses, entrará/entró en vigor el 23 de diciembre de 2010, y que -entre otras modificaciones de variada enjundia- recrudece las penas a los que sean encontrados culpables de defraudar a la Hacienda Pública, en beneficio suyo o de sus empresas, directamente o por omisión del deber de control a sus empleados.

A la vista de esta vuelta de tuerca legislativa (que, tampoco será cosa de olvidarlo, no contó con el apoyo del Partido Popular cuando fue votada en Cortes), podemos vaticinar que, con la nueva redacción de este tipo de delitos económicos, los corruptos que confiaban en la Lotería como forma de blanquear los dineros conseguidos de la ocultación a la Hacienda Pública, pasarán a tener la misma probabilidad de ser premiados -tanto a priori como a posteriori del sorteo- como los ciudadanos cumplidores de sus obligaciones fiscales.

Prácticamente cero. Si juega un décimo, es 0,000011765 (una opción por cada 85.000 números). Tal vez se entienda mejor indicando que el 99,9988 por ciento de las veces no le tocará. Como en el sorteo de Navidad se juegan actualmente 195 series para los 85.000 números, la probabilidad de que el premio Gordo coincida en serie y número con el suyo es de 1 entre 16,6 millones.

Si le toca, le darán 300.000 euros por cada 20 euros jugados (el 1,5 millones por cien, es decir, el 15.000 por 1). Se repartirán 2.300 millones de euros en premios y, si se hubieran vendido absolutamente todos los números impresos, se habrían recaudado 3.315 millones de euros.

Claro que si decide no jugar -ni a la Lotería ni a defraudar al fisco-, la probabilidad de que le toque tanto la suerte como la mano fría de la Justicia será exactamente cero.

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