Sobre el porvenir de la energía eólica
La energía eólica es el eje principal en el que sigue construído el mix energético español. En estas mismas páginas virtuales hemos desarrollado, en diferentes Comentarios, nuestra posición -construída a partir de opiniones técnicas, realidades prácticas y riesgos económicos- sobre el lugar que debería ocupar, más digna y coherentemente con nuestra situación económica, dependencias en energía primaria y coherencia planificadora- esta forma de energía.
En resumen: la eólica se trata de una forma de energía más, de tecnología relativamente madura, dependiente de patentes extranjeras, y a la que se han ofrecido sustanciosas ayudas económicas que han servido para hacerla ocupar, con prodigiosa rapidez, las crestas montañosas de nuestro país y, en las cordilleras del dinero han propiciado el enriquecimiento de algunos inversores, que han estado especialmente avispados y atentos a las emocionales apetencias ecologistas de nuestro ejecutivo.
Dedicamos también este Comentario para recoger la situación en Alemania, que es el país que ha experimentado, junto con España, el mayor crecimiento del aprovechamiento de la fuerza del viento. Una historia que solo para espíritus muy inocentes puede parecer idéntica.
Las energías renovables en Alemania produjeron en 2008 alrededor del 15% del consumo bruto de electricidad y un 8% de energía final para calefacción, con lo que se evitaron -así dicen las cifras que difunde su Ministerio de Economía y Tecnología (combinación que a nosotros, con perseverancia en separar el dinero de la técnica debería hacernos meditar)- 112 millones de toneladas de CO2 anuales. (España emitió en 2005 un total de 181 millones de toneladas de CO2; Alemania, 900).
El mercado mundial de turbinas eólicas creció en ese año, según las fuentes más fiables, un 38%, alcanzando los 27.300 MW (WWEA).
Una de las bases del desarrollo de la industria eólica alemana es la Ley de energías renovables (Erneubare-Energien-Gestetz, EEG). Aunque la Ley española se ha inspirado en ella -los alemanes son nuestra tradicional fuente de insporación tecnológica-, las consecuencias han sido muy diferentes. Las instalaciones alemanas más grandes tienen 6 MW. La mayor del mundo se encuentra en Cottbus (por supuesto, Alemania), con una altura de 205; produjo en 2007, 5,6 GigaW.
Algunas empresas alemanas del sector eólico han alcanzado ya grandes dimensiones, pero la mayor empresa productora a nivel mundial de energía eólica es danesa, Vestas, que ha construído más de 38.000 instalaciones en Alemania, y es la que desarrolló la tecnología V80-2MW y la V90-3MW, además de instalaciones para alta mar.
En este momento, Vestas tiene en Alemania -y en España- sus asentamientos más fructíferos; los objetivos, sin embargo, son los mercados chinos y norteamericanos, los que tiene el potencial de crecimiento, con mucho, más prometedor. Nuestros avispados inversores no piensan en ello, sino en seguir convenciendo al Gobierno de que la eólica es la salvación de nuestra dependencia energética.
WDP Think Energy GmbH & co.KG (400 empleados, 1.400 centrales eólicas instaladas) y Juwi Holding AG (550 empleados y 600 Mill de euros de facturación) son dos de las empresas alemanas líderes en su sector eólico. Es ilustrativo compararlas con las "grandes empresas españolas" de nuestra "floreciente industria eólica".
(continuará, seguramente)
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