Sobre el fomento del espíritu emprendedor
En España tenemos insuficientes emprendedores. Xavier Verdaguer, creador de Innovalley Inc, instalada en el Sillicon Valley y dedicada al diseño de ropa y complementos -con aportaciones singulares que los hacen diferenciables en los mercados de consumo- lo achaca a la falta de cultura de la innovación, a la falta de prestigio social del emprendedor, al miedo al fracaso, a la penalización social del que ha tenido éxito y, en fin, a la ausencia de una actitud mental positiva.
El sabe bien de qué habla. Después de crear varias empresas en España, se fue a Estados Unidos para comprobar in situ que lo que aquí le llevó diez años de esfuerzo para conseguir la madurez de un proyecto, allí le ocupó solo 5 meses. Prudente y coherente con su mensaje positivo, expone que en España no le faltó el apoyo de la Administración, consiguió subvenciones y créditos y sus proyectos -¡siete!- alcanzaron el éxito.
Pero en Estados Unidos las cosas son cualitativamente muy diferentes. "Hasta mis vecinos se interesaron por invertir en el proyecto, al saber que yo tenía una empresa."- confesó Verdaguer, que había sido invitado para contar su experienciapor la representación de la Comisión Europea en Madrid, y el Gobierno de Navarra, a dar una conferencia en la Jornada sobre Europa 1020, el día 27 de mayo de 2010- "Allí es muy común que gente que tiene ahorros de 100.000 o 200.000 dólares los dedique a proyectos, propios o de sus conocidos". Dos de los mayores Fondos de pensión americanos invierten un 10% en start-ups, algo inconcebible para las conservadoras mentes europeas.
Allí es, sobre todo, ese centro mundial de concentración de creatividad que es el Sillicon Valley, en California, "en donde está el sueño americano por la excelencia".
Las cifras tampoco resisten la mínima comparación. En España, solo el 10% de quienes han estudiado un MBA quieren ser emprendedores, frente al 90% norteamericano. Del total de fondos, la investigación realizada por el sector privado es de solo un 29,8%, frente al 80,5% USA y el 61% de las inversiones en capital-riesgo mundial provienen de allí.
La Jornada estuvo muy bien planteada, con ponentes que ofrecieron su visión y versión de lo que habría que hacer. Después del almuerzo, las sesiones de la tarde -escasas de público- ofrecieron, tanto en las presentaciones como en el coloquio, una muestra de la realidad del panorama educativo español. Por ello, resultó en buena medida complementaria de la dedicada a innovación.
Tomás Calleja, de McKinsey&Co, con datos de un reciente estudio realizado por la firma de la que es socio, reconoció que "con los datos de los índices de educación en España hubiéramos echado varias veces al consejero delegado encargado de la firma, porque en los años 1970-2004 no se ha conseguido ninguna mejora significativa en los resultados".
Ni el tamaño de la clase, ni siquiera el gasto educativo, parecen tener importancia significativa en los resultados (el análisis se refería a estudios primarios). Para Calleja, la cuestión clave es considerar a la educación como "un servicio, y enfocarla como tal. "No puede pensarse en que se está dando un buen servicio si tus clientes solo están satisfechos en un 30%". hay que atender a la interacción entre el que da y el que recibe la prestación.
Todas estas consideraciones llevan a Calleja a proponer la mejora de la calidad de los profesores, la revisión del proceso de enseñanza, la persecución del éxito con todos los niños educandos y seleccionar a los directores de los centros educativos por sus cualidades como gestores "para mejorar los resultados de los alumnos", y no por otras cualidades.
Otro conferenciante, Pablo García Ruiz, profesor de sociología en la Universidad de Zaragoza, incidió en aspectos ya tratados por Verdaguer: "Aunque 8 de cada 10 entrevistados reconocen que el emprendedor es el responsable principal del desarrollo económico, trabajamos con el lastre que considera al emprendedor como un aprovechado (62%) lo que le concede un bajo prestigio social (42% frente a la media euopea del 65%).
"Hay que cambiar de las clases teóricas, incluso con case study, a proyectos concretos, en los que los alumnos sean capaces de ejercer su creatividad y lanzarse a la acción, con experiencias de compromiso", afirmó García Ruiz.
Pero la intervención más provocadora fue la de Xavier Prats, director de Política de Empleo en la DG de Empleo, Igualdad de Oportunidades y Seguros Sociales. Ya había dejajdo consstancia de su sentido del humor al expresar, al tomar el micrófono que "después de esta presentación" (la había hecho Javier García Cañete, del Grupo de Expertos de la Fundación Europea Sociedad y Educación, muy consciente de su papel de moderador-provocador) "yo también tengo ganas de oir lo que voy a decir".
Para Prats, hemos copiado la obsesión jacobina por la excelencia de los franceses sin saber a qué nos conduce, estamos despilfarrando recursos para formar ciudadanos más frustrados y trabajamos ocn esquemas trasnochados, como el creer que los países emergentes están compitiendo con mano de obra barata y no progresivamente con más inteligencia.
Su momento cumbre fue cuando comparó los rectores de las Universidades de Salamanca y Rotterdam. "No los conozco, pero ambos dirigen Universidades de similar antigüedad, sus páginas webs empiezan con saludos similares y fotografías de Erasmus, pero seguro que el primero es un hombre, nació en Salamanca, estudió en Salamanca y vive allí; en tanto que el rector de Rotterdam es una mujer, ha trabajado y vivido en múltiples sitios y no es de Rotterdam, en donde posiblemente no ha hecho sus estudios".
En efecto, Paulina van der Meer Mohr, rectora de la Universidad de Rotterdam, es abogada, y trabajó en varias empresas a lo largo de su carrera profesional, no circunscrita, ni mucho menos, a la docencia. Daniel Hernández Ruipérez, rector de Salamanca, catedrático de Geometría y Topología, estudió y se doctoró en Salamanca, su patria chica; sobre sus otros méritos académicos y profesionales puede el lector curioso utilizar el enlace de este Comentario.
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