Sobre hipotéticos genes familiares exóticos
Si se observa la coincidencia curricular de los miembros de algunas familias, se podría pensar que existen genes especiales que favorecen habilidades concretas.
Apellidarse Basol implica facilidad para ser una figura mundial del baloncesto (porque se crecerá hasta alcanzar el techo de la habitación y se tendrá un temperamento ganador incuestionable, entre otras virtudes). Pertenecer al clan Willians, y ser mujer, significaría aumentar la concentración de opciones para convertirte en una tenista imbatible (además de ser, salvo cuando se engorde, bastante atractiva).
La facilidad genética de los Sánchez Vicario para moverse con las raquetas o de los Fernández Ochoa para tripular unos esquíes sobre nieve no podrá ser olvidada jamás.
El caso de los genes presentes en los Kennedy, o los Bush (al que cabría incluir por contacto marital, el de los Clinton y Kirchner; y, en España, eximir a los investigadores de presentar una lista, porque sería interminable), para explicar su capacidad política para llegar a ser presidentes de los Estados Unidos -aunque con muy diferente aplicación- no puede discutirse. Es disímil, en principio, -aunque conduzca a resultados equivalente- al caso de los Bubarak, y no muy diferente al de los Gandhi. Se pueden poner otros muchos ejemplos, por supuesto.
Entre los artistas del cante y baile, la línea genética singular es tan común -al nivel de élite del que hablamos- que huelga traer ejemplos, pero vamos a citar algunos, para no dejar viudo el comentario en este punto. Los Flores, los Dúrcal, los Iglesias, sirvan como muestra.
Sucede lo mismo en el cine y otras artes. Ahí están los ejemplos de los Molina, de las Cruz, de los Bergman-Rosellini, los Douglas. No se escapa la ingeniería, ni la filosofía, ni siquiera el papado (aunque aquí haya que retroceder al siglo XV, para toparse con los Borgia).
Sería un proyecto de investigación apasionante. Detectar los genes que conducen al éxito, circunscribiéndolos a aquellos resultados que repiten de forma idéntica los de otros familiares. Para seleccionar, por ejemplo, los que se deben exclusivamente a méritos propios de aquellos que son el resultado de la capacidad de movilizar el entorno social para reutilizar el pedestal al que un miembro familiar se ha conseguido encumbrar. Que también será algo genético, por lo que parece.
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