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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el Estado federal y la III República en España

Desde diferentes posiciones políticas se está tratando de poner en revisión el modelo de Estado español, afectando a dos elementos que han conformado la recuperación de su -aún débil, por los síntomas- democracia: La monarquía parlamentaria y la descenlización hacia las Autonomías regionales de la gestión de importantes asuntos públicos, pero con el objetivo de eliminar progresivamente los desequilibrios territoriales.

La izquierda española ha venido asociando, erróneamente (hasta qua ya fue tarde) la independencia autonómica con la mejor gestión, socializadora, de los recursos públicos. En las regiones más prósperas, los capitales locales estuvieron siempre encantados con esos compañeros de viaje, que les ayudaban a proteger el bien para ellos más valioso: eliminar competencia exterior y poder subir los precios para aumentar los benecios.

Que la monarquía es una forma de gobierno de aspecto nada demócrata, es algo que no necesita ser explicado. Si los hombres son iguales por naturaleza, que haya una o varias familias que por su estirpe deban gobernar a su antojo el Estado, es genuinamente inaceptable.

También es cierto que las fórmulas de elección de quienes van a dirigir a los demás, aunque de apariencia más democrática, conducen a sus aberraciones. Los ejemplos existen por doquier, en la Historia y en la actualidad, y no hará falta nombrarlos. El país que pasa por tener uno de los métodos más abiertos de elección de su Presidente (al que hay que añadir el sistema de control que de su actuación realiza la Cámara de Representantes), obsequia al mundo con sorpresas de difícil masticación: familias que se reinstalan en el poder; fortunas incomensurables por parte de quienes ostentan principios ideológicos aparentemente contrarios....

Virgencita, quedémonosnos como estamos. Tenemos un Rey aceptable, un sistema de partidos que, aunque frágil, permite que cada cuatro años podamos cambiar de Presidente de Gobierno (y antes, si la coalición le falla al que se aupó hasta allí), y nuestra prensa es suficientemente aboerta, inteligente y crítica para que todos nos sintamos suficientemente informados para poner a calda al que esté en el poder.

En lo demás, lo imprescindible parece recuperar a la nación española, olvidándonos de una vez de que España es un mosaico de gentes individualistas que tienen a gala lanzarse a luchar unos contra otros con los pretextos más fútiles. Juan Carlos y cierra España.

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