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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ni discretos, ni tímidos, ni apocados, ni ausentes

Ni discretos, ni tímidos, ni apocados, ni ausentes. Comprometidos.

Así quisiera que fueran mis compañeros de viaje. No he escrito que los prefiera dóciles, ni contestatarios, ni reaccionarios o rebeldes.

Quisiera que no se callaran de lo que saben cuando fuera útil para descubrir verdades, aunque parecieran menores. Que no dejaran de salir a la calle para apoyar lo que sienten justo, aunque hiciera frío o llovieran chuzos de punta.

Que no escurrieran el bulto cuando se tratara de defender al débil frente al injusto, el explotador o el tirano. Que no se sintieran solos, incluso, para dar ese paso al frente que señala el límite del no retorno, para proclamar el no-va-más, para gritar un así-no.

Comprometidos con la verdad, con los que sufren injusticia, contra los que mienten, contra los que no saben pero gritan y favor de dejar hablar a los que saben y no les dejan hablar. Comprometidos contra los que alardean de su dominio, contra los que avasallan, contra los que no perdonan los fallos de los demás y ocultan sus imperfecciones en la petulancia.

Comprometidos con los que quieren cambiar lo que funciona mal sin obstinarse en cambiarlo todo. Comprometidos con los que tienen razón, aunque no tengan los medios ni la fuerza.

Comprometidos. Ni discretos, ni tímidos, ni apocados, ni ausentes.

2 comentarios

Angel Arias -

Empiezo por la respuesta al final de tu comentario, Antonio: Allí procuraré estar, salvo que lluevan contrariedades.En cuanto a lo que comentas en el resto de tu reflexión, coincido con lo de los huevos y me reafirmo en que nuestra actual de-generación social es la más avanzada de la Historia de la Humanidad, y me quedan pocas dudas (pero, afortunadamente, aún tengo algunas), que que, con el legado espiritual que se está transmitiendo a los más jóvenes, no tardará en verse superada por una de-generación mayor.

Antonio Fumero -

Toda una declaración de principios...

No hace mucho, mientras la caja tonta mantenía en mi actual guarida un nivel mínimo de 'confort noise', de pronto llamaba mi atención una escena de una conocida película ya clásica de Woody Allen (Annie Hall, creo recordar) en la que su personaje, en la calle, reflexionaba -voz en off- sobre las relaciones humanas recordando un chiste que un amigo le contaba a su terapeuta:

[...] y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice: Doctor, mi hermano está loco cree que es una gallina.

Y el doctor responde: ¿Pues por qué no lo mete en un manicomio? Y el tipo le dice: Lo haría, pero necesito los huevos.

Pues, eso más o menos es lo que pienso -concluís el personaje de Allen- sobre las relaciones humanas, saben, son totalmente irracionales y locas y absurdas, pero supongo que continuamos manteniéndolas porque la mayoría necesitamos los huevos.

Viviendo como de hecho hacemos, tiempos mediocres, afloran con cierta facilidad ejemplos de compromiso que no son otra cosa que un reflejo fiel de la naturaleza simbiótica de nuestras relaciones... ¿humanas?

Leerte con la frecuencia con la que escribes me transmite cierta confianza en el depauperado género humano... ¿o debería decir (de)generación social?

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En otro orden de cosas, espero que el próximo martes pueda verte por Teleco,

http://antoniofumero.blogspot.com.es/2012/12/tesis-antonio-fumero.html