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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los Protocolos

¿Se han fijado Vd. que quienes más protestan y chillan en caso de que se vean obligados a cambiar sus planes de viaje suelen ser quienes se encuentran de vacaciones, es decir, no tienen nada importante que hacer?

En este año bastante denso ya en catástrofes naturales, la erupción de un volcán en Islandia (al que alguien puso en nombre impronunciable de Eyjafjalla) ha puesto el acento sobre la masiva cancelación de vuelos, como consecuencia, según se dice, de una nube de ceniza y polvo que se extiende, como un jinete de la Apocalipsis -aunque sin causar, por fortuna, más que confusión y no muertes- sobre Europa.

Como medida de precaución, y siguiendo un Protocolo de actuación de 1983 -después de la erupción del volcán Galunggung, en 1982,  situado a 180 kilómetros de Jakarta (Indonesia), que causó un centenar de muertos y estuvo a punto de provocar un accidente en un Boeing 747 de British Airways- , las autoridades aéreas de los diferentes países que se iban sucesivamente viendo afectados por esa capa de ceniza casi impalpable, han ordenado la suspensión de vuelos.

Miles, centenares de miles de viajeros han colapsado las salas de espera de los aeropuertos afectados. La primera medida surgió del Reino Unido -se apunta al Centro Asesor sobre Cenizas Volcánicas, VAAC (lo que no inventen los británicos...)-, colectividad enzarzada en período electoral, y ha sido adoptada, sucesiva y disciplinadamente, por todos los Gobiernos europeos, para creciente desesperación de las compañía aéreas y de los pasajeros que se encuentran sin conexiones en aeropuertos de tránsito en los que pensaban pasar solo una o dos horas.

Se dice que cada día de suspensión aérea costará  entre 150 y 180 millones de euros a las empresas de transporte aéreo y nisesabe (pero mucho más) en daños colaterales, a las economías europeas (¿Un 1% del pib?).

No se sabe aún, el 19 de abril de 2010, cuántos días más durará la situación que ha transtornado las comunicaciones de los principales aeropuertos europeos. Serán cientos de miles los ciudadanos que no han podido incorporarse hoy a sus trabajos, otros tantos o más, los que no han podido volver o empezar sus vacaciones. Algunos, han tenido que hcer importantes desembolsos para no perderse una sustancial reunión de negocio.

Entre las medidas de urgencia más comentadas, el equipo del Barça se ha tenido que desplazar a Milán, en donde el martes juega un partido de la Copa de Europa, en autobús. Al menos, habrá algo de circo.

Hemos escuchado a José Blanco, Ministro de Transportes español y a Diego López Garrido, secretario de Estado para Asuntos Europeos, explicar que se está cumpliendo el Protocolo, para garantizar la seguridad área. Bendito sea Dios que aquí hay un Protocolo, aunque sea del año la pera. Cuando hubo que tomar decisiones respecto a un buque que amenazaba partirse en dos en el océano Atlántico, no había Protocolo y hubo que improvisar, recurriendo a los expertos y al sentido común. Y aún se está en juicios para dilucidar responsabilidades y resarcimientos a los afectados.

Protocolo para todo, ya. Por la tranquilidad de los políticos, que ya bastante tienen con darse mamporros entre sí.

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