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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los colegios profesionales y sus funciones

Los colegios profesionales han dado mucho que hablar en el sistema jurídico español (y en casi todos), y seguirán ocupando espacios de polémica. Desde fuera, son vistos como una protección inmovilista de los intereses de los colegiados, es decir, una barrera impuesta a terceros en la que, independientemente del conocimiento, se exija una cualificación específica -otorgada por una Universidad o Escuela Técnica reconocidas- y se controle el intrusismo y, en ciertos casos, la calidad de los proyectos y trabajos realizados por los colegiados.

Desde dentro, los Colegios profesionales se han convertido en un foco de tensiones y polémicas entre ciertas facciones de colegiados. La pluralidad de ideologías propias de un colectivo cada vez más numeroso y heterogéneo, y la presión de los más jóvenes sobre el "aparato colegial", han generado tensiones que, en no pocos casos, han llevado las diferencias a los Tribunales.

En concreto, la polarización entre las tendencias progresista y conservadora, ha minado en casi todos los colegios profesionales españoles la hipotética, y tradicional, unidad oficial. Pocos son los Colegios en los que algunos grupos de colegiados no andan o anduvieron a la greña, para desesperación de propios y asombro de extraños, en los casos que han trascendido esas diferencias.

Hace falta una revisión del papel de los Colegios profesionales, en muchos aspectos. En lo disciplinario y en lo deontológico, no basta con la supresión constitucional de los Tribunales de honor, sino que ha de reforzarse con la revisión de los Estatutos profesionales, actualizándolos, con la concreción de los códigos éticos y las funciones de los recursos de alzada, limitando el acceso de las evenutales diferencias a la vía contencioso-administrativa, pero protegiendo los derechos individuales, tantas veces mancillados por una malentendida defensa de los supuestos intereses grupales, esgrimidos por las Juntas de Gobierno deseosas de perpetuarse en sus machitos.

Pero lo más importante es que los Colegios asuman, todos, su función necesaria, para la protección de los usuarios y clientes, de control de la calidad de los proyectos realizados por los colegiados. Ello exige, por supuesto, que se doten de medios y profesionales, y que, además de poner los sellos y cobrar las tasas y derechos, se mojen.

 

1 comentario

Carmen -

Comparto gran parte de las cosas que dices. Creo que los colegios profesionales tienen una labor importante que desarrollar y que el momento actual de reforma puede ser una oportunidad para eliminar cargas y mejorar su gestión. Sobre esto, El País publicó una tribuna que me pareció muy interesante. Os dejo el link: http://www.elpais.com/articulo/opinion/Modernizar/colegios/profesionales/elpepiopi/20081025elpepiopi_5/Tes