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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ingeniería para Abogados y Economistas: Investigación y Desarrollo tecnológicos (2)

(sigue del Comentario anterior)

Una peculiaridad de la investigación tecnológica es que, al menos en España y en lo que se refiere a la culminación de lo que se entiende por una carrera discente, pocas veces está vinculada a la obtención del título académico de doctor.

Pocos ingenieros son doctores (1) y, dentro de los que lo son, sorprendería saber a qué edades y por qué trabajos han obtenido estos laureles, puesto que no suelen corresponder a lo que en las carreras de Humanidades se entendería por la expresión de una "vocación para la investigación y la enseñanza".

Pero, dejando a un lado análisis que no corresponderían al objetivo de este Manual, hay que destacar que las líneas de investigación que conducen a auténticos hallazgos en el campo tecnológico exigen esfuerzos muy superiores a otros terrenos de la ciencia. No son, salvo excepciones geniales, fruto del trabajo individual, ni de ideas felices, ni de dedicar un par de años a un tema prometedor, quemándose las pestañas en una biblioteca bien nutrida.

Por el contrario, esos logros en la investigación aplicada son el resultado problemático de un esfuerzo colectivo, multidisciplinar, con dedicación de dineros muchas veces cuantiosos (y sin rentabilidad visible), que precisan contar con materiales y equipos avanzados, paciencia, sistemática, conocimientos muy profundos en el ámbito especial de trabajo, y aunque no concluyan en una tesis de doctorando, el director de los trabajos ha de ser alguien extremadamente cualificado, serio, eficiente, con capacidad de persuasión en los ambientes más variados.

Sería, además, muy conveniente que el investigados haya tenido la suerte de haber trabajado en un Instituto tecnológico extranjero o en un centro de investigación puntero de una empresa multinacional durante varios años, o en uno de los escasos grupos -públicos o privados- de primer nivel con los que contamos en España.

Sirva todo lo expresado para apuntar a las sustanciales diferencias de la investigación tecnológica con la que pudiera realizarse en otras disciplinas: exige equipos humanos complejos y sabios, tiempo (paciencia), centros adecuados, con conexiones internacionales con otros equipos punteros, dinero, y...suerte.

Podemos seguir pensando que es mejor "que inventen ellos", para comprar las patentes, copiar sus logros y, sencillamente, aprovecharnos de los resultados en el mercado de tecnologías aplicadas. Pero si queremos ser un país verdaderamente puntero en lo tecnológico, habrá que creer en que la formación de, al menos, alguno de nuestros mejores técnicos, habrá de tener una base muy ancha. Y no bastará, si han viajado al extranjero, con que vuelvan acá con un máster en cualquier disciplina rimbombantne o algunas experiencias en equipos adquiridas en equipos multidisciplinares en centros tecnológicos de alto nivel: no es cuestión de persona, sino de voluntad de país.

(continuará)

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(1) Cuando se inventó el Plan 1957, y para compensar no se sabe muy bien qué, se les otorgó graciosamente el título a los que pertenecían a las promociones anteriores a este Plan, en una operación académica de paripé.

 

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