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Al Socaire de El blog de Angel Arias

En el verano, disminuye la inteligencia del ser humano

No consta documentada la sospecha, convertida para nosotros en evidencia empírica, de que las meninges humanas se vean afectadas por el calor.

Sin embargo, basta con observar el tratamiento relajado de la información, por grave que ésta sea, que se genere, mantenga o reproduzca en la mitad central del período que transcurre entre el solsticio de verano y el equinocio de otoño, para confirmar de inmediato que las cosas se ven de forma mucho más relajada cuando aprieta el sol.

No hay razón para pensar que, al estar de vacaciones los responsables habituales de las empresas que proporcionan información, disminuyan las noticias de interés, ni mucho menos, que quepa frivolizar las que se produzcan, creyendo que no se debe hacer por amargar el asueto de televidentes y lectores.

Podría, razonablemente, creerse que el vacío de los jefes y titulares serviría de acicate a los segundos del escalafón para demostrar que pueden suplir perfectamente sus ausencias. No disponemos de criterio ni información para suponer que los escalones inferiores son menos capaces, sino más bien, aventuraríamos que deberá ser, en puridad, justo al contrario.

Por ellom nos inclinamos a aceptar, lamentablemente, que alguien con mucho poder ha resuelto que durante el verano nos volvemos todos más imbéciles y que, en correspondencia, el tratamiento de lo que suceda ha de ser realizado con baremos de frivolidad adecuados a la pérdida de intelecto que se nos supone durante ese período en el que el calor afloja las meninges.

 

1 comentario

Rosalía -

A ti afortunadamente no te ocurre lo que dices. Y si el calor afecta a tus meninges, realmente lo disimulas muy bien.
Un abrazo.