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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la reforma profunda de las ingenierías

En un documento "confidencial", al parecer redactado desde el Ministerio de Industria español, en el que se analiza el Anteproyecto de Ley de Servicios profesionales, se recogen diversas afirmaciones que demuestran -entre otros vicios de pensamiento no menos graves- el profundo desconocimiento de sus autores respecto a la ingeniería.

Para justificar la necesidad de "una reforma profunda de las ingenierías" se enumeran diversas razones, que sintéticamente trasladamos aquí. 

La mala regulación actual, al decir de quienes redactaron el tosco informe, "restringe la competencia y perjudica el desarrollo de todas las potencialidades que ofrecen las actividades profesionales tecnológicas", y ha de abordarse su nueva formulación, considerando estas circunstancias:

-muy alto potencial para generar crecimiento económico.

-existencia de 17 ramas de ingeniería con reservas de actividad que constituyen una anomalía en el contexto europeo, en donde existe, en general, ausencia de regulación.

-gran conflictividad entre las corporaciones colgiales que paraliza proyectos y dificulta las inversiones.

-la segmentación agrava el problema de la falta de titulados en ingeniería.

-problemas de movilidad, debido al ámbito restringido de atribuciones.

La presentación de este marco de desiguales razones, parcial o totalmente erradas -como deduciría de inmediato cualquiera que tuviera la voluntad de ser objetivo-, lleva a proponer como "solución", una nueva regulación que conduzca a "admitir expresamente que todos los titulados en ingeniería tendrán reconocidas facultades para realizar cuantas funciones le atribuya la normativa vigente a cualquier rama de la ingeniería", (...) "partiendo de que todos los titulados en ingenieria comparten un núcleo común de conocimientos suficiente para habilitarles a realizar todas las funciones que tienen los ingenieros, sin alterar el modelo académico vigente".

Grave distorsión de la realidad acreditan sus autores, tal vez en el servil intento de aplaudir lo que provenga de directrices políticas superiores, al enjuiciar de esta manera la labor de los ingenieros.

Nos apresuramos, eso sí, a aclarar que no estamos con ello criticando al partido socialista en el gobierno, sino que somos conscientes de que estas ideas son compartidas por los representantes del PP y, seguramente, por otros grupos con representación parlamentaria.

Solo desde la ignorancia, que es vecina del desprecio, hacia la función de la ingeniería en esta sociedad tecnológica, se puede pretender que los ingenieros "valemos para todo", sin atender a la profunda necesidad de estudio, análisis, experiencia y conocimientos -multidisciplinares, la mayoría- que involucran muchas de las actuaciones técnicas y, desde luego, todas las relevantes.

Debe tenerse, además, muy presente, que las decisiones técnicas afectan o pueden afectar, en no pocos casos, a la seguridad de personas y bienes, suponen la utilización (y, por tanto, pueden derivar en su respeto, uso eficiente o maluso) de elementos naturales -aire, tierra, agua- y están en las bases de lo que consideramos bienestar y capacidad de desarrollo de nuestra sociedad.

Ningún ingeniero defenderá, en su sano juicio, que sabe o puede ser capaz de resolverlo todo.

Esta posición mental, sin embargo, es muy diferente de la confianza, que expresan algunos ingenieros, (por cierto, cada vez con menos frecuencia), nacida de la satisfacción de haber conseguido superar estudios amplios y complejos, y gozar de una base de conocimientos amplia, de considerarse candidatos para que, contando con tiempo, el equipo, los medios y la asesoría externa adecuada -si fuera necesario- verse capaces para colaborar en mejorar lo que se le encomiende y ayudar a sacarle provecho para sus clientes o la sociedad en conjunto.

La técnica ha evolucionado de forma que ha segmentado, sobre todo en los últimos veinte o treinta años, los conocimientos necesarios para construir (y siquiera para entender cómo se hace) modernos barcos, coches o aviones, extraer minerales con la exigida seguridad y eficacia, generar energía con máximo rendimiento y total garantía, producir variedad de derivados complejos en instalaciones ya muy sofisticadas y potencialmente peligrosas si no se controlan con maestría, rentabilizar de forma sustentable una explotación forestal o agraria o -terminamos con los ejemplos, de los miles que podrían presentarse- calcular, diseñar, erigir y distribuir los elementos de una estructura, ya sea una nave industrial, un aeropuerto, un establecimiento comercial, con los parámetros legales, sociales y tecnológicos requeridos.

Volveremos sobre el tema, pero dejamos aquí hoy una propuesta de actuación, para que la ingeniería española no se concentre en las barricadas en la intención equivocada de librar una batalla irracional contra el resto de la sociedad: La unificación de todos los Colegios de ingeniería en un gran Colegio único, en el que se encardinen todas las ramas actuales y desde el que se transmita claramente a la sociedad y, por tanto, a los representantes políticos, lo que es la ingeniería, para qué les sirve, a lo que está dispuesta, qué quiere...

La redacción de una Ley Orgánica de la Ingeniería que se convierta en el marco regulatorio general de las ingenierías e implique, junto a la garantía del buen orden profesional, la adecuada defensa de intereses generales y la seguridad de personas y bienes se ha vuelto imprescindible.

Esta Ley, totalmente coherente con la Constitución vigente, supondría la colegiación profesional obligatoria y el sometimiento a normas de control profesional y deontológico.

Los abogados españoles disponemos, con el amparo de la Ley Orgánica del Poder Judicial, de una regulación, un marco obligatorio para la colegiación, que la sociedad civil y todas las representaciones políticas nunca han cuestionado desde que aquella fue promulgada. (art. 542 de la L.O.P.J, 6/1985).

¿Por qué debemos los ingenieros sufrir negativamente las consecuencias de la eficacia del pensamiento creativo y del desarrollo tecnológicos, -propios y externos-?

Porque con tanta improvisación y desconocimiento acerca de lo que significan los ingenieros en una sociedad que quiere ser avanzada, nos seguiremos cayendo en el precipicio de la dependencia exterior...todos.

(P.S. La canciller alemana Angela Merkel dispone de asesores que tienen otro concepto de la ingeniería, desde luego. Las Kammer alemanas no se plantean su reforma ante ninguna Directiva de Servicios.

Los ingenieros españoles que sean seleccionados para trabajar en Alemania, en respuesta a la oferta a la que tanto se ha dado difusión en estas fechas, tendrán pronto la experiencia propia de advertir la diferencia entre "ejercer de ingeniero de la especialidad X" (z. B., die Verantworklichkeit als Bergbauingenieur) o "ser útil a un proyecto por haber estudiado una ingeniería" (beteiligte Mitarbeiter in Multidisciplinären Teams)

2 comentarios

Anónimo -

Acabo de encontrar su comntario casualmente y lo encuentro muy atinado. Lo comparto plenamente y le envio mi felicitacion, enhorabiena por sus reflexiones. Un colega de la ingenieria.

jose -

muy interesante su reflexion..... se avecinan nubarrones para los tecnicos españole, sin embargo, habrá que buscar el lado positivo a la inminente Ley de Serv Prof. y reinventarse cono profesionales...