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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el efecto alpiste del canario en el cambio de clima

Quienes sean detractores de los argumentos que se esgrimen a favor del cambio climático, ahora tienen un elemento más, utilizando la analogía. Si no fuimos capaces de predecir el comienzo y alcance de la crisis económica que conmovió nuestro mundo global en el 2008, cuando en torno al mercado se mueven los mayores intereses humanos, ¿quién será el guapo que defienda ahora que los modelos de simulación que lavan y peinan unos cuantos profesores universitarios van a permitirnos detectar el cambio climático?

Si una sola variable, el desequilibrio entre producción actual y ávido consumo de futuros, cuyo campo de existencia depende de la decisión humana, se mantuvo incontrolada, ¿cómo vamos a jactarnos de conocer los efectos de un sin fín de variables sobre el clima, en el que los principales actores son las fuerzas de la naturaleza?.

El comisario de la UE Joaquín Almunia ha denunciado "a la avaricia" de algunos, como responsable de la crisis que está azotando la economía. Con lucidez, y la parsimonia del que viene de vuelta, el político al que el PSOE no quiso como su secretario general, supo poner un titular a la situación. La avaricia de algunos es, también, el sospechoso principal del otro cambio de clima, el atmosférico.

Para conseguir un efecto de golpe de timón, y en plena campaña electoral, el Gobierno de Bush en EEUU ha echado mano de las reservas federales -y, tal vez, de su potencial para provocar conflictos en países pobres con reservas de petróleo, gas natural y minerales-, viniendo al apoyo de los grandes Bancos de Negocios. Esos Bancos que, a diferencia de los Bancos de depósito, se dedican a prestar dinero a grupos de empresas y empresarios que trabajan con el futuro, lanzando proyectos, y que, -es la economía, estúpidos- acaban cayendo siempre en manos de la tentadora diosa avaricia.

Pero ni siquiera el Gobierno de EEUU puede jactarse de controlar, con sus dólares en reserva y su capacidad generadora de inflación, el poderoso mundo del dinero. A escala mundial, el bombeo de dinero para salvar de la quiebra a los Bancos de Negocios no parece muy diferente al de ahorrar en el alpiste del canario para salvar una economía familiar amenazada.

Sin embargo, como efecto demostración, no se duda que pueda tener un efecto positivo sobre la confianza de los lánguidos en la economía, y hacer que la maquinaria del olvido se ponga en marcha, restañando algunas heridas y haciendo que el equipo de zapadores recoja los cadáveres de un nuevo triunfo de la diosa avaricia.

Es la política, estúpidos.

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