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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre el ejercicio profesional de la abogacía

A Luis Martí Mingarro, decano del Colegio de Abogados de Madrid y presidente de la UIBA (Unión Iberoamericana de la Abogacía)  le gusta defender la independencia de los abogados, para evitar la "dramatización de la Justicia". Para defender los intereses de su cliente y el secreto profesional no puede ser vulnerado ni ante los más execrables crímenes atribuídos presuntamente a su defendido, porque se vulneraría la presunción de inocencia. Si el abogado tiene el deber de callar lo que su cliente le confía, su independencia frente a los jueces y demás estamentos de la administración del Estado, que les paga, es sustancial. 

La exaltación de la figura del abogado como garante de los derechos individuales frente a una sociedad que se ha hecho más fuerte y el ejercicio del propio dereecho o la defensa contra su atropello, más costosa, no resultainnecesaria, en una sociedad en donde los jueces estrella y los políticos de palabra fácil ocupan tanto sitio.

Los días 9 a 11 de octubre de 2007, ha tenido luagr el Primer ECongreso Iberoamericano de Buenas Prácticas en Gestión de Despachos de Abogados.  Se habló de la deontología del abogado, de su independencia, y de las implicaciones del RD 1331/2006, que regula la relación especial laboral de los abogados en los despachos colectivos. Actuó de anfitrión Promo Madrid SA, la sociedad creada por la Comunidad de de Madrid para incentivar a las empresas e informar y aglutinar a sus emprendedores.

No corresponde a esta blog de divulgación hacer la reseña de un acto tan espcífico, pero queremos subrayar aquí dos aspectos que fueron tratados en ese foro, aunque no fueran objetivo principal del debate. El primero es la necesidad de integrar a otros profesionales diferentes de la abogacía en los despachos profesionales, dada la complejidad técnica creciente extrajurídica de algunos temas (p.ej. ambientales, médicos, ingenieriles, etc). Los abogados se encuentran frecuentemente con el hecho de que a menudo el perito de parte concoe mejor el tema que el perito judicial, extraído de una lista de especialistas genéricos, y que sin embargo goza de una presunción de independencia que da más valor téorico a su dictamen, arrastrando fallos sonoros en las sentencias.

La otra cuestión fue la Ley de acceso a la abogacía, 34/2006, que no por deseada por los Colegios de Abogados, adolece de un vacío inconcebible, porque, además de crear una vacatio legis insólita en nuestro ordenamiento de 5 años, añade otros dos de estudios de práctica jurídica, creando así dos años de carencia de nuevas titulaciones de abogados en España.

 

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