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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre "Público" y "El País", dos periódicos desde la izquierda en período electoral

Desde hace cuatro días, hay un periódico más en la sobrecargada oferta al lector de diarios de difusión nacional, que se llama "Público" y que pretende ofrecer opiniones algo más orientadas hacia el lector joven, algo más renovadoras desde el pensamiento socialista (tendencia PSOE), y  bastante menos comprometido con esa historia de la democracia y la izquierda hispanas recientes que parece lastrar un tanto la imagen del paradigma mediático que significa "El País". Son cosas que se intuyen, aunque no se expliciten.

Incluso en una columna de opinión ("¿?")que firma un rescatado de la izquierda irredenta, del poeta polifacético José Luis García Sánchez (y tertuliano, según Juan Cruz), y titulado "¿Quiénes son?", quien después de hacer varias preguntas que se comparten, se deja en el aire una cuestión subjetiva muy a tono: "¿Tendré de dejar de leer El País? ¿Cómo se pueden querer dos diarios a la vez y no estar loco?".

Mientras el "Público" se sigue ofreciendo a cincuenta céntimos y regale un DVD con películas de cierto interés, demos por supuesto que la respuesta a la primera pregunta es no y a la segunda, que sí, que si no querer, se pueden leer dos diarios, o, cuanto menos, llevarlos bajo el brazo un rato en la mañana. 15 o 18 euros más o menos al mes (los domingos cuesta un euro) no van a hacer más pobres al lector curioso de saber lo que se está cociendo en las dos cocinas del partido que gobierna. La que da de comer al partido y la que da satisfacción de gourmet a la ideología.

"Público" huele bastante a joven, a desenfado, a una en absoluto menospreciable ingenuidad no corriente en los media. No parece, sin embargo, nada improvisado. Las secciones han sido bien estudiadas y tituladas, y su distribución sirve para condensar en pocas frases, y con buena tipografía, lo que se pretende. 

Escolar junior, flamante director del nuevo medio, ilustrado antes como bloguero y, sin duda, animado por sus muchos lectores que lo han endiosado al pedestal del culto, sin que haya perdido modos y formas literarias de adolescente travieso, señalará una línea ligeramente iconoclasta. Cuidará de combinar lo extraacadémico, (él se jacta de no ser periodista universitario), alimentando un columnismo de opinión para la calle, de enterados un poco para andar por casa. Papá Escolar (una institución) le habrá trasladado enseñanzas desde 20.minutos, ese periódico de distribución gratuita que iba a hacer un nuevo periodismo, y al que le ha crecido este enano.

Se echan de menos que las firmas que tengan más soporte intelecto-cultural, capaces de dar menos sensación de que las columnas escriben a vuelapluma, incluso a veces, tal vez por las prisas, aparentando que no ha habido una segunda lectura de lo que se ha escrito, para depurarla. Y, ojo, no es exactamente lo mismo escribir en blog que dejar las letras impresas. No es un desdoro, es simplemente una cuestión de estilo y de voluntad, porque hoy cualquiera puede echar mano de las fuentes informáticas y aparecer como un erudito con un par de citas bien escogidas.

Suerte a "Público". Creemos que sí, que no solamente se pueden leer y querer (hojeando varias páginas) El País y Público, sino que es conveniente hacerlo. Rizando rizos, incluso es conveniente repasar El Mundo, La Razón y ABC para enterarse de cómo se las gasta la derecha, desde las cavernas a la crítica sólida de las equivocaciones del Gobierno, que las tiene, claro.

Lo que ya es menos probable es que alguien se anime a leer las razones de ambos bandos ideológicos para construirse su propia relación histórica. Lleva tiempo y, muy seguramente, a muchos les parecerá que no merece la pena, porque ya se sabe lo que opina el contrario. Entre tanto, Marca, As y los periódicos deportivos mantienen sus adeptos. Porque, sobre todo el fútbol, siempre depara sorpresas y da espectáculo. Ay, España.

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