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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Aires de mujer

Si resultara cierto, como alardean cada dos por tres de haber probado, graciosos pero acientíficos, estudios sobre el comportamiento humano, que hombres y mujeres pertenecemos a dos especies diferentes, aunque genéticamente compatibles, los varones tendríamos resuelto, al fin, el reto insuperable de competir, pretendiendo superarlas, con las hembras.

Mientras tanto, habrá que contemplar con masculino pavor la sistemática derrota de nuestro género, cada vez que uno de los nuestros pretende entablar una comparación en igualdad de condiciones con el equívocamente llamado sexo débil, ... salvo que se trate de temas rigurosamente irrelevantes para el común bienestar de las especies, como correr en una pista de arena con zapatillas de Nike, dar golpes a otro especimen con guantes de cuero o trepar por un andamio con una descomunal carga de maderos sin adoptar mínimas medidas de seguridad.

Tenemos bastantes ejemplos actualmente que deberían ponernos en guardia a los portadores del dedo prominente (con permiso de C.J. Cela, y aunque su dimensión no sea para alardear), de que la especie a la que la naturaleza otorgó capacidad paridora nos quiere abandonar. No hay ya necesidad de acudir al hipocampo, ni al lóbulo frontal, ni a las amígdalas; se han dado cuenta de que somos un estorbo, y nos dejan en la estacada.

Veo al candidato (no sé bien a qué, pero así se lo consideran) tiranosaurio Rubalcaba pretender competir con la velociraptor Chacón -que, además, según la he oído, se dirige tanto a los votantes como a las votantas- y me pregunto cómo no se ha dado cuenta el pobre Alfredo de que, aunque gane por la mínima, le van a comer vivo por la máxima los partidarios de que el PSOE se convierta en un partido charnela. Cúlpase del descalabro a Zapatero, pero no hay más que ver cómo se le han ido colando en las fotos de familia los alienígenas, pretendiendo cuotas de paridad, cuando hay millones de desigualdades que podrían haber sido resueltas primero.

Sigo con admiración -y miedo- la trasmutación de Ana Botella, pasando de acompañante en traje de baño de un tipo con dentadura y bigotes (y que, después nos enteramos, resultó que era el mejor Presidente que hubo en la España posconciliar), a auparse a alcaldesa de la mayor ciudad española sin necesidad de cambiar de sastra de toda la vida, y demostrando que lo sabe hacer mejor -o, al menos, igual- que el político mejor preparado del país, Alberto Gallardón, apto para un roto como para un descosido ministerio de Justicia. (1)

¿Vamos más allá de nuestras fronteras pirenaicas, más allá del peñón de Gibraltar, allende la mar océana? ¿Alguien se acuerda del marido de Hillary, que algunos siguen apodando Clinton (sí, el tipo aquél de la becaria), cuando camina con el mismo aire entre chinos, tirios, troyanos, árabes, israelíes, dando órdenes en el inglés que entienden todos los mercados de inmediato?

¿Qué decir de la pareja Merkel-Sarkozy? ¿Quién, con perdón por la osadía, dudaría en identificar "la hembra" -si por ello se entendiera, la parte más débil- de la desigual comunidad de intereses?

Puedo poner muchos más casos. Basten éstos para que el lector sagaz admita, especialmente si es varón -para la otra especie no hace falta argumentar la diferencia-, que una vez que se ha abierto la puerta a la igualdad, se le quitan a las mujeres las cadenas por las que se ha pretendido tenerlas enjauladas en sus labores, es imposible defender que Platón acertó al escribir que los dioses repartieron a los primeros hombres en dos trozos iguales, como castigo por no se qué veleidad. Quiá.

Uno de los pedazos se llevó la mejor parte y la otra, los despojos.

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(1) Releo, ya en la tarde de este sábado, el Comentario y no quiero olvidarme de otra hembra de armas tomar que le está comiendo la tostada no solo al, por fin, aupado a su desgracia (por la nuestra) Rajoy sino a todos sus compañeros de bancada y cierra España: Soraya Sáenz de Santamaría y todos los santos, más lista que el hambre y la abundancia juntas, que, como es o ha sido docente, nos da clases de cómo entender lo que nos está pasando, e incluso de los que nos va a pasar o puede no pasar, para consuelo de partidarios, vergüenza de detractores y modelo global de lo que vale una fémina cuando la dejan campear a sus aires por los estrados.

2 comentarios

Angel Arias -

Gracias, Amelia, por la corrección a mi cita en el texto, que me apresuré a cambiar. La ex-ministra dijo, en efecto, "votantes y votantas", llevada, como supongo, por un exceso de celo a la puntualización genérica (de géneros) y no "electores y electoras" que, aunque redundante, no implicaría retorcer la gramática.

Amelia -

Hasta el idioma se ha feminizado de tal manrera, que la Sra. Chacón, creo que no me falla el oido, dijo en un mitin reciente: " votantes y votantas". Virgen Santa ¡ayudanos¡ que nos ponen el idioma hecho unos zorros.