Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la crisis económica mundial y las soluciones para España

A medida que va pasando el tiempo y tenemos más datos, se van atando los cabos de la realidad y alcance de lo que empezó siendo una ligera conmoción del los mercados.

Sabemos ahora, ya sin dudas, que la crisis económica es muy grave y que no afecta solo a los Estados Unidos, sino a todas las economías occidentales -por lo menos-, y, para colmo, sabemos que el sistema norteamericano está mejor preparado para evaluar y aplicar las medidas, debido a la independencia y flexibilidad de su estructura económico-financiera.

"Hay que decir" -bellísima e inútil combinación de palabras, solo equiparable al "mire usted"- que seguramente si la crisis es así de profunda, la causa principal es por la obstinación de algunos de referirse a ella por su nombre verdadero: Crisis Profunda y no por su nombre artístico: Desaceleración Necesaria.

El personal viviría mucho más contento en la ignorancia. La experiencia ha demostrado a lo largo de los siglos, que la manera más elemental de combatir una certeza, es negándola. ¿Que te pillan con las manos en la masa?. Lo niegas. Da igual que seas sorprendido con los calzoncillos en la mano. Negar es la primera medida que, en la generalidad de los casos, puede apagar el temporal.

Es algo tan elemental que debería formar parte del manual del buen político, y por eso cabrea tanto que la oposición se empeñe en la necesidad de reconocer la evidencia. ¿Para qué?. Si las decisiones no se toman en un contexto alarmista, la tela frágil que sostiene nuestro precaria felicidad aguanta siempre un poco más. Ergo, negar la crisis es el primer axioma.

Ya lo advirtió, repetidamente, el presidente del Gobierno español y su mentor económico, el Primer Ministro Solbes: "No la llamemos crisis, sino desaceleración". Al tener que reconocerla, fue a peor, culpabilidad que cabe achacar a la oposición, a su falta de amor a la Patria.

La segunda medida de contención, una vez que ya no sea posible ocultar la crisis, es resaltar sus efectos positivos. Porque hay que estar convencidos de que, cuando consiga superarse, saldremos reforzados. Sin contar, desde luego, con la excelente preparación de nuestra economía para aguantar cualquier embate del proceloso mundo exterior, combinación de palabras a la que, como segundo axioma, hay que recurrir si el agua nos entró hasta el sótano.

Ha pasado algo de tiempo, y, entre tanto, en los Estados Unidos han conseguido un consenso de sus fuerzas vivas para apuntalar las vigas más carcomidas, añadiendo un poco de gesticulación al marco trágico que había quedado al descubierto. No es seguro que hayan conseguido evitar que se les caiga encima todo el tenderete de su feliz economía, pero sí es claro que, a base de dar gritos alarmistas, han llamado a sostener algunos de los puntales a la banca europea.

Como consecuencia, han aparecido algunas grietas preocupantes en los sistemas financieros del viejo continente.

El gobierno español ha utilizado, el tercer axioma, aplicándolo a su coherente discurso: "Las finanzas europeas tienen mucha más solidez. Pero es que, si no nos llaman a nosotros para negociar medidas, es porque nuestro sistema bancario es completamente seguro". Es decir,  "la crisis, aunque profunda, está perfectamente asumida", y "los ciudadanos pueden estar tranquilos", y, finalmente,  "todo está bien dotado y controlado".

Hoy, domingo, 5 de octubre de 2008, varios ministros alemanes y el director del Banco Central de ese país, así como distintos representantes cualifcados de entidades de crédito, están concentrados en hallar una solución a la quiebra del segundo banco hipotecario de la RFA. La situación "es difícil", reconoce Angela Merkel. Nuestra Primera Ministra, Fernández de la Vega, aplica el cuarto axioma: "el Gobierno viene haciendo lo que hay que hacer, desde que se conoció la crisis". No es necesario explicitar las medidas, basta con decir que se han adoptado.

No se interprete de este comentario que estamos  a favor de la propuesta reiterada de la oposición, personificada en la postura del PP. "Que el Gobierno gobierne, que haga algo". No cabe más simplismo que someter a presión a quien no sabe qué hacer, y es una demostración palpable de que no se sabe qué hacer tampoco, en una situación así, porque se avanzaría en las soluciones.

Por eso, en un país devoto como el nuestro, solo cabe recurrir a la intervención de los espíritus. Por fortuna, sabemos qué hacer, porque nos ha ido bien en otras circunstancias.  ¡Santiago, y cierra España!. 

A ver su ahora la oposición se atreve a preguntar: ¿Hay alguien más ahí?

 

1 comentario

Guillermo Díaz -

Totalmente de acuerdo con tus comentarios en cuando que el Gobierno no sabe por donde le da el aire para afrontar la crisis.
Lo preocupante es que estamos entrando en una clara recesión que hasta puede implicar un cambio de modelo económico mundial, y a mi juicio tenemos al peor de los gobiernos posible para afrontar este serio problema