Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ingenieria para Abogados y Economistas: Ordenación del Territorio (y 2)

Contrariamente a lo que se acostumbra a creer, la Ordenación del Territorio tiene poco que ver con leyes y mucho más con la aplicación sensata de la tecnología, es decir, con el sentido común; y aunque el territorio era tradicionalmente la base de la economía (especialmente en las sociedades más atrasadas, típicamente agrarias), actualmente está prácticamente desvinculada del espacio físico, lo que supone que la evaluación de las actuaciones ha de referirse, en su mayor parte a las "externalidades" al sistema.

Acéptese aquí, pues, que por "territorio" ha de entenderse el ámbito amplio de relación entre el hombre y el planeta Tierra (y, si se quiere ser ambicioso, con el cosmos de alguna forma accesible al ser humano, aunque solo sea por acercamiento visual). No está sometido a leyes dictadas por los humanos ni la repercusión sobre él es evaluable en términos económicos.

Esta apreciación concede máximo valor a las actuaciones que transforman físicamente el territorio, y que sería pretencioso pretender enumerar aquí exhaustivamente. Algunas son consecuencia de la actividad del hombre: edificaciones e infraestructuras de todo tipo, presas, explotaciones mineras, fábricas, plantación o tala de árboles, siembras, incendios devastadores y quemas de rastrojos, captación o contaminación de aguas, tratamientos químicos, eliminación de residuos, etc. Otras, tienen consecuencias sobre la actividad del hombre pero no son causadas por él, al menos, no directamente: inundaciones, terremotos erupciones volcánicas, tornados, vendavales, maremotos, etc.

Mediante la "ordenación del territorio" se debería atender a conseguir el equilibrio entre la explotación de los recursos de tipo tipo (abarcando tanto lo que Milton Friedman llamó "riqueza no humana" como las capacidades intelectuales del habitante inteligente) y la satisfacción de las necesidades actuales de la población, abriendo al mismo tiempo las vías que garanticen, en un horizonte temporal tan amplio como sea posible, la viabilidad de las generaciones futuras. Incorpora, pues, elementos preventivos como paliativos, aplicando las mejores técnicas disponibles universales en cada instante y para cada sector de la evolución humana para conseguir la mayor eficacia.

Es una cuestión tan compleja e interdependiente que la adopción de decisiones queda al margen de personas o grupos, incluso de un país o unión de ellos. Si se quiere responder al reto adecuadamente, en un momento de la evolución como el presente en el que los recursos físicos disponibles sobre el Planeta están prácticamente detectados y en buena parte, ya utilizados o degradados, es un problema a resolver a escala global, universal.

Y, desgraciadamente, aunque estamos en un mundo en el que la información se ha globalizado mucho, los intereses de los grupos económicos (a veces, enmascarados como decisiones de país) no tienen esa preocupación sobre lo que se llama en los foros de discusión diletante "sostenibilidad" o sustentabilidad.

(continuará)

0 comentarios