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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Ingenieria para Abogados y Economistas: Cómo leer un Balance

Ingenieria para Abogados y Economistas: Cómo leer un Balance

El título de este Capítulo resultará sorprendente, e incluso puede alzar sonrisas de condescendencia, para los Economistas que estén leyendo -siquiera sea por curiosidad- estas notas. Seguro que, para ellos (me refiero a los que hayan tenido ocasión de mantener los conocimientos de Contabilidad y no se estén dedicando a gestionar entidades financieras), los Balances solo se pueden leer de una manera, la correcta.

Sin embargo, los ingenieros, incluso los que hayan estudiado economía, acostumbran a leer los Balances atendiendo a particulares cuestiones. También hay que tener en cuenta que están habituados a realizar otros tipos de Balances: de materiales o de recursos que no tienen expresión en el sistema monetario (a veces, porque los bienes objeto de su análisis están fuera del mercado; en otros casos, porque no les ocupa o preocupa). 

Supongamos que se le entrega a un ingeniero-tipo el Balance y Cuenta de resultados de una sociedad que le resulte desconocida y que se le plantee en qué puede mejorar su situación.

Puede que a un AES le interesen las cifras, sobre todo, de beneficio o pérdidas, acreedores a corto, amortización, disponibilidades en caja y bancos, etc.; tal vez se aventuren, en un primer vistazo, sobre los costes de materias primas y personal, pensando en su reducción. Me corrijo algo: al abogado le interesarán, fundamentalmente, las "Notas al pie" de página y, como acostumbra a hacerlo con las demandas y sentencias que forman su trabajo habitual, irá directamente a las dos últimas páginas, donde espera encontrar el Suplico, los Otrosíes y el Fallo.

Pero lo primero y casi lo único que atraerá la atención del ingeniero será el volumen de negocio de la empresa, esto es conocer sus ingresos anuales.

La magnitud de esa cifra centrará el posterior interés acerca del resto de los datos. Es seguramente lamentable, pero si esa cantidad es muy pequeña (digamos, inferior a 200.000 euros), el grado de concentración cerebral disminuirá hasta caer a límites de un completo desapego (salvo que se trate de las cifras del propio restaurante, pero ya he advertido que se trata de una empresa desconocida).

He asistido a cientos de reuniones en Consejos de Administración de entidades muy diversas, y constatado con regularidad que a los ingenieros -que, por cierto, no suelen pertenecer a ellos- no les importan las cifras de los Balances, sino que centran sus dudas y preguntas en ciertos detalles.

Es habitual que cojan su calculadora (llevan siempre una consigo, e incluso varias) y se pongan, incluso frenéticamente, absortos, a revisar las sumas; muy posiblemente, descubrirán errores -especialmente, si los autores de los Balances y Cuentas han utilizado hojas de cálculo electrónicas-, lo que les tranquilizará, definitivamente, absorbiendo a partir de entonces, buena parte de la discusión.

También se centrarán en afirmar que la exactitud con que se recogen las cifras no es homogénea. Porqué, preguntarán, sumar cifras con decimales con otras que están redondeadas a miles o a millones. No entenderán la explicación, cualquiera que sea esta.

Es muy curioso también, teniendo en cuenta que estos profesionales han pasado sus largos años de estudio metidos entre cifras, que, cuando tienen ante sí un par de páginas repletas de números ordenados, es muy raro que consigan mirarlo como un todo, distrayéndose hacia aspectos muy concretos, que los AES juzgarán irrelevantes.

Compárese, para entender esta cuestión, un Balance mercantil con el que figura como gráfico de apoyo a este Comentario. Se verá, ante todo, que los datos no están en euros, ni en dracmas o pesetas, ni siquiera en las llamadas "unidades de cuenta" o en cualquier otra unidad ficticia que tan queridas son por los economistas. Está en Hm3 que, recuerdo a los lectores debe leerse como "hectómetros cúbicos".

Los Hm3 no son unidades ficticias, aunque para algún AES puedan parecerlo. Los seres humanos necesitan para vivir (más si padecen de cálculos renales, menos si tienen prostatitis), como mínimo, 2 litros diarios, es decir, 720 litros anuales, que -habida cuenta de la equivalencia entre 1.000 litros y 1 m3-, se puede también leer como 0,72 m3. Y ya que 1 Hm3 contiene 1 millón de m3, daría para que 1 millón trescientas ochenta y ocho mil personas pudieran resistir la muerte por deshidratación, si dosificadas regularmente. (1)

Se comprenderá que resulta difícil la asimilación de los conceptos hidrológicos -básicos- del Balance de la Cuenca de marras con un Balance económico. ¿Es un Balance o una Cuenta de Resultados? ¿Por qué aparecen con distintos colores algunas cifras, dando a entender que hay valores invariables con el tiempo y otros que tienen una evolución positiva cada década?.

Son preguntas que pueden atormentar al AES, y que solo podrán resolverse adecuadamente si, sensu contrario, entiende las dificultades de un ingeniero para entender "lo suyo". Aceptemos, por decir algo, que el "agua superficial" pudiera significar "inmovilizado material", haciendo la solicitada abstracción.

Pero el "agua subterránea" no será igual a "masa monetaria correspondiente a la economía sumergida", o "cuenta B", porque no se pueden mezclar dos tipos conceptuales de masa monetaria en circulación, aunque sean físicamente idénticos.

Cabe, además, preguntarse: ¿en qué Case Study de las Escuelas de Negocios o de la Ampliación de Contabilidad se ha explicado el planteamiento correcto de una contabilidad extraoficial? ¿Se debe mantener el mismo Plan General Contable que para la los libros obligatorios, o es lícito -contablemente hablando- hacer una simplificación brutal, del tipo "J.M. 200.000", confundiendo, además, criterios de Balance con los de cuenta de resultados?

Llamo la atención sobre los restantes términos clave de la parte de "Ingresos" del Balance de Cuenca: desalación, trasvase y reutilización. Esto equivaldría a admitir que se pueden generar recursos con reflejo contable de externalidades, pero no porque penalicen la cuenta de resultados, sino porque la beneficien. Es como si la recuperación del ambiente contaminado, en lugar de costar dinero, supusiera un aumento de ingresos.

(continuará)

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(1) Esta cifra no tiene nada que ver con lo que necesita un urbanita, que es del orden de 120 l al día (baño, aseo, lavadora, cocina, lavavajilllas, etc.), por lo que habría que proporcionarle unos 40 a 50 m3 anuales; por eso, con 1 Hm3 podríamos abastecer a ventitres mil ciento cuarenta y ocho personas, más o menos, si no hubiera pérdidas de ningún tipo en el sistema.

3 comentarios

Alberto Palombo -

Me lo llevo - Del otro lado del charco, cada vez que intento explicar la importancia de balances hídricos para poder tomar decisiones sobre la gestión del agua, obtengo bostezos en los despachos de Hacienda. Voy a intentar decirles que imaginen su cuenta bancaria, para ver que me dicen. ¡Muy bueno, Angel!

Luis T. -

buenas noches,
viendo la leyenda al pié del gráfico "Plan Hidrológico Cuenca", me permito indicarte una anecdota que me ha ocurrido en la tramitación de una Autorización Ambiental Integrada.

El artículo 19 de la Ley 16/2002, indica que es necesario un "informe del organismo de cuenca".

En una reunión bastante tensa por otros motivos, en la que yo era el único técnico, pues el resto eran abogados, ecomomistas, asesores fiscales y el gerente de empresa (sin estudios oficiales reconocidos), repasando e informando por mi parte el estado de la tramitación de la Autorización Ambiental Integrada, se me ocurrió decir que todavía no teníamos el Informe del organismo de cuenca, a lo que dos personas presentes en la reunión "saltaron" rápidamente, indicándome "y en esta reunión ¿qué pinta la ciudad de Cuenca?, si el proyecto se desarrolla en otra localidad que nada tiene que ver con Cuenca".

Te indico esto porque, a veces, sucede lo que indicas en tu comentario de fijarse en si la suma está bien o mal,... y no pensar más allá.

Me permito el decirtelo, pues viendo la leyenda del gráfico me entra la duda de si te refieres al Plan Hidrológico de la ciudad de Cuenca, o a un Plan Hidrológico de una cuenca indeterminada.

Saludos.

M.F.A. -

Angel,aunque creo entender que tus comentarios para economistas y abogados están hechos en clave de humor, me gustaría que también pudieras, si te parece oportuno para mayor aplicacion del libro prometido que te refirieras con mas extension a ciertos temas tecnicos que puedan ser utiles para otras profesiones. Pienso por ejemplo en el control de calidad o que hablaras mas sobre las normas tecnicas y su aplicacion. Un saludo