Blogia
Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre las élites en el mundo árabe

Shumpeter definía la democracia como una forma institucionalizada de competencia entre las élites, pues los partidos políticos son la consolidación ordenada de la alternancia en el poder de las élites. Esta idea potente, expresada con parecidas palabras, sirvió a Ramón Cotarelo, catedrático de Teoría Política en la UNED, como telón de fondo para desgranar e incluso criticar con maestría y cariño, algunos de los argumentos de un libro colectivo que se presentó el 9 de febrero de 2010 en La Casa árabe de Madrid: "Poder y regímenes en el mundo árabe contemporáneo".

En la mesa de conferenciantes estaba sentado el editor "en el sentido literario", esto es, el director de orquesta de las contribuciones, Ferrán Izquierdo, igualmente magnífico en defender el enfoque del trabajo y presentar ciertas consecuencias de la situación de poderes en los distintos países árabes y sus opciones de constituirse en democracias al estilo occidental.

Cotarelo, que se autodefinió como "viejo izquierdista impenitente", no se limitó a presentar el libro. Entró en la valoración de lo expresado en él, motivando una insólita polémica de indudable altura intelectual y sociológica con Izquierdo.

"Estos países -afirmó contundente Cotarelo- no son estados de derecho", por diversas razones entre las que citólos niveles de corrupción, la flexibilidad del ordenamiento legal para adaptarlo a los intereses de las élites gobernantes, el clientelismo que generan las mismas y que impregna su estructura social. No son, desde luego, los países árabes los únicos que padecen de esta enfermedad política, porque también se presenta (enunció) en algunos países de América Latina.

En Europa, ese "déficit considerable de Estado de derecho", habría desaparecido en el siglo XVI, aunque existen vacíos, del que el más clamoroso es la falta de perspectiva de género. "Miren cualquier foto de una reunión de las instituciones públicas y privadas y verán más de un 90% de maromos" y pocas, muy pocas, mujeres.

Otra cuestión que fue abordada por Cotarelo es "la relación lamentable entre religión y Estado", como igualmente impeditiva del Estado de Derecho "y que, por cierto, aún no es mucha en nuestro país", expresó.

Por su parte, Ferrán Izquierdo, también estuvo muy interesante y polémico. Defendió la generalidad del enfoque de las élites, no solamente políticas, sino también económicas, como elemento explicativo de las fórmulas de acceso al poder. "Si analizamos la transición española, encontraremos dos elementos claves: un movimiento popular, exigiendo mayores derechos y libertades, y no solo políticos; y la existencia de un sector de la élite existente que entienda que no perderá, e incluso, que ganará con la transición". Las élites siguen siéndolo, antes y después de la transición.

Estas condiciones no se dan en los países árabes, en donde la capacidad de movilización popular es extraordinariamente débil y en donde las élites, producto de las luchas por el poder después de la descolonización, aparecen consolidades como nuevas dictaduras, económicas y políticas.

En el coloquio, tuvo oportunidad de precisar una fórmula para encontrar el nivel de democracia en un país: "es función de la distancia del ciudadano individual a quienes toman las decisiones; en la mayor parte del mundo, las ideologías tienen el papel de alejar a la población de lo que afecta a sus propios intereses."

Esclarecedora fue también su análisis respecto a situaciones concretas en el mundo árabe. Imposible recogerlas en un Comentario como éste. Pero nos referiremos a su valoración de la importancia del control del agua para Israel: "Escasa. El enorme recurso que se extrae del conflicto palestino-israelí, es el poder económico. Israel, del tamaño de Cataluña, dispone de élites militares con inmenso poder económico y político", que usan del territorio como pretexto para impulsar una industria de Defensa y un desarrollo tecnológico, propia de un país de primer nivel.

 

 

0 comentarios