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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre los canapés

Canapé es una palabra foránea que hemos adaptado al castellano/español con dos significados muy distintos. Lo que lleva a utilizar un único significante con intenciones tan separadas es,  en nuestra opinión, simplemente la cursilería.

Veamos: para la primera y más común de las utilizaciones, teníamos y mantenemos una palabra magnífica, que es la de "pincho". Con pinchos, englobamos todos los canapés que se comen. Los expertos dicen que los genuinos canapés tienen una base de pan, habitualmente tostado. Pero para eso podíamos utilizar la palabra "montaditos".

En las bodas, ya no ponen pinchos, sino (teóricamente) canapés. Da igual que sean croquetas, que gambas a la gabardina, que uvas con queso o trozos de empanada con berberechos. Lo que menos se encuentran, sobre todo si la celebración es de copete, son los verdaderos canapés, eso  que deberían tener un poco de mayonesa entremezclado con aceitunas y pasta de cangrejos china. Será porque manchan las corbatas...

La segunda acepción, se corresponde con la forma de designar al soporte de metal o madera sobre el que ponemos el colchón, especialmente en los casos en que la cama es de las que antes se llamaban "de matrimonio"  y ahora, king size, que tiene, como se ve, otra connotación.

Como hay mucha gente que no estamos para dibujos, se ha dado en llamar a todas las camas que tienen la más mínima estructura por la que se levanta el colchón del suelo, pues canapé. Ya no se dirá "me voy al catre", sino "me voy a yacer al canapé". Si, además, se quiere comer alguna fruslería, mientras se descansa viendo la tele, se debería decir, de la forma más elegante posible: "Me tenderé en el canapé con algunos canapés".

En las milicias, a la colección de maderas de varios tamaños sobre los que, teóricamente, había que colocar el jergón o la colchoneta, se les llamaba "pilarillos". Eran, en realidad, un estorbo, resultando preferible dormir poniendo la colchoneta sobre el cemento. No habían llegado los canapés y los bocatas de sardinas de lata con cubata (ron con coca cola) aún sabían a gloria.

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