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Al Socaire de El blog de Angel Arias

Sobre la preparación necesaria para ser Presidente de EEUU

Hace apenas unos días que EEUU demostró al mundo que era el país más poderoso de la Tierra en la actualidad, concediéndole el privilegio de meterlo en una crisis que está motivando la revisión de los postulados más firmes del sistema capitalista.

La petición de autorización del Presidente Bush a su Congreso para insuflar 700.000 millones de dólares de papel mojado a las entidades que tengan mayores agujeros en sus balances es, en sí misma, la demanda de una prueba de confianza. La de que los planificadores económicos creen que para recuperarse de la crisis hay que distribuir las pérdidas entre todos, en especial, los que no han participado en los presuntos beneficios,

Y por todos, ha de entenderse preferentemente el mundo globalizado. Al fin y al cabo, la cuenta puede ser ésta: "Tocamos a unos 2.000 dólares por norteamericano, pero sólo serían unos 140 dólares per cápita si consideramos toda la población mundial".

La retransmisión del primer debate entre McCain y Obama el pasado 26 de septiembre de 2008 ha venido a poner en evidencia algunas cosas. La fundamental, para los que siguieron la suave confrontación por traducción simultánea, es que muchas de las frases pronunciadas por ambos contendientes verbales no tenían aparentemente sentido y que a los candidatos les faltaba fluidez verbal y rapidez de reflejos.

Para los que siguieron el debate en el lenguaje original, la conclusión probablemente fue la misma.

Faltó en las intervenciones calidad, profundidad y garra. Si lo comparamos con los que vivimos, no ha mucho, entre Rodríguez Zapatero y Rajoy, salimos ganando. Si tomamos como referencia el habido entre Segolène Royal y Nico Sarkozy, la goleada sería de escándalo.

Ni discusión de las hipotéticas soluciones -y de sus causas- para la crisis económica, ni  análisis ni propuestas de mejora de las condiciones sociales para los más necesitados, ni cifras concretas sobre el empleo de los próximos Presupuestos y la modificación de las cantidades destinadas a Educación, Sanidad Pública o Ejército.

Tampoco hubo compromiso inteligible respecto a Irak, Palestina-Israel, Irán o Afganistán, ni voluntad de desbloqueo para Cuba, ni análisis crítico de la situación generada por la expulsión de embajadores en Venezuela o Bolivia. Ni propuestas de refuerzo para los tratados de libre comercio, ni aumento de la ayuda a los países africanos, ni enfoque responsable respecto a la energía nuclear y las alternativas ambientales, ni medidas para estímulo de ahorro energético, activación tecnológica, colaboración con otros países en materia de investigación, ni siquiera mensajes de censura hacia el neocapitalismo y sus consecuencias.

Ya se comprende que el examen para ser Presidente de los Estados Unidos de América no puede ser muy difícil, dadas las circunstancias y que solo se dispone de dos candidatos, pero se agradecería que, a los que solamente votamos con la imaginaciónen esas elecciones, se nos ofreciera algo más que la posibilidad de elegir entre un dinámico y joven -relativamente- mulato,  que parece recién salido de una película de esas con negro simpaticón y entre un respetable anciano blanco sostenido por los corsés, que ha demostrado su capacidad para soportar el sufrimiento propio y, seguramente, está convencido de que los demás somos unos melifluos.

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