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Al Socaire de El blog de Angel Arias

¿Nos van a dar las uvas o nos las están dando con queso?

Ha pasado la cuarta parte del período de mandato para el Gobierno que iba a solucionar en un pis-pás los problemas de España y lo más cierto es que, además de los que teníamos, nos aparecieron unos cuantos más (nada pequeños) y la mayor parte de los que existían, han crecido, emputresciendo. (1)

Algunos miembros del Ejecutivo de Rajoy siguen expresando que están haciendo lo que hay que hacer, pero la expresión ha pasado de ser interpretada como eufemística a tener todos los visos de un engaño. Hace un año, la sensación de incapacidad que había sido la marca de identidad que difundían demasiados ministros del último gobierno de Zapatero, había provocado que muchos de los que se sentían más cómodos en la socialdemocracia creyesen llegada la hora de dar una oportunidad al liberalismo tecnocrático.

La frase, a falta de un programa de gobierno, tenía gancho. Pertenece al grupo de las expresiones tautológicas, como las cosas son como son, y se puede, con indulgencia, asimilar a otras próximas, como hago lo que puedo o qué se le va a hacer.

Dejar a alguien hacer lo que hay que hacer con lo nuestro, implica otorgarle un amplio margen de confiaza, desde el desconocimiento del arte, por parte de quien concede esa libertad. Se dice al cirujano que nos anuncia que es preciso realizar una dráctica intervención, con riesgos fatales: "Haga Vd. lo que haga falta", expresa nuestra resignación. Si se produjera el temido pero abominado resultado, podemos consolar al experto fracasado y, sobre todo, consolarnos a quienes confiamos en él, con un "no hubo nada que hacer", o alguna de las frases que figuran al final del párrafo anterior.

Ha pasado un año y los cirujanos del Gobierno son vistos como matarifes desconcertados por amplios sectores. 2012 ha sido el peor año de nuestra democracia reciente para la mayoría de los españoles. Han aumentado todos los índices malos: menos actividad, más paro, más empresarios aruinados, más despidos, pérdida de valor mobiliario e inmobiliario, incremento del desánimo subyacente. Han aumentado, sospecho por intuición, la economía sumergida, la evasión impositiva, el dinero oculto, la adquisición de joyas y cuadros, las oportunidades de adquirir bienes a precio de ganga por los que tienen mucho de los que necesitan algo.

Podemos creer que nos van a dar las uvas, es decir, se está eternizando el proceso por el que se nos prometía como factible reenderezar la situación crítica y sentar las bases para seguir creciendo en bienestar.

Yo me inclino a pensar, desde mi neutralidad crítica, que nos la están dando con queso. El equipo cirujano nos ha metido la socioeconomía en el quirófano con la promesa de curarla, pero desde hace un año no vemos salir de la sala de operaciones más que cubos con residuos de sangre, vísceras y algunas salchichas que se nos van para Alemania.

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(1) Me gusta esta palabra, que, incomprensiblemente, la RAE no ha acogido aún. Emputrescer es convertir en pútrido, por descomposición natural o forzada, lo que estaba sano.

 

 

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